Artilleros, Artilleros, marchemos siempre unidos siempre unidos de la Patria, de la Patria, de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer. Y al oír, y al oír, y al oír del cañón el estampido, el estampido nos haga su sonido enardecer. España que nos mira siempre amante recuerda nuestra Historia Militar, Militar, que su nombre siempre suena más radiante a quien supo ponerla en un altar. Su recuerdo que conmueve con terneza, dice Patria, dice Gloria, dice Amor, y evocando su mágica grandeza, morir sabremos, por salvar su honor. Tremolemos muy alto el Estandarte, sus colores en la cumbre brillarán, y al pensar que con él está la muerte, nuestras almas con más ansia latirán. Como la madre que al niño le canta la canción de cuna que le dormirá, al arrullo de una oración santa en la tumba nuestra, flores crecerán. Marcharemos unidos, marcharemos dichosos seguros, contentos de nuestro valor, y cuando luchando a morir lleguemos, antes que rendidos, muertos con honor. Y alegres cantando el Himno glorioso de aquellos que ostentan noble cicatriz, terminemos siempre nuestro canto honroso con un viva Velarde y un viva Daoiz. Artilleros, Artilleros, marchemos siempre unidos siempre unidos de la Patria, de la Patria, de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer. Y al oír, y al oír, y al oír del cañón el estampido, el estampido nos haga su sonido enardecer. Orgullosos al pensar en las hazañas realizadas con honor por nuestra grey, gritemos con el alma un viva España y sienta el corazón un ¡viva el Rey!

viernes, 11 de abril de 2008

El 'Crit del Palleter'

Nos hacemos eco de una noticia aparecida en el periodico Las Provincias de Valencia.

Valencia escenificará por primera vez el 'Crit del Palleter' en el bicentenario de la rebelión popular. Medio centenar de personas recrearán la protesta de mayo de 1808 contra la ocupación francesa
E. PÉREZ
VALENCIA



"Jo, Vicent Doménech, un pobre palleter, li declare la guerra a Napoleó. ¡Visca Ferran VII i mort als traïdors!" Era 23 de mayo de 1808. Un labrador que vendía pajuelas para hacer fuego alzó la voz para expresar lo que sentía una multitud de valencianos reunidos en la entonces plaza de les Panses (hoy de la Compañía), entre la Lonja y la iglesia de la Compañía. Ese momento será recreado, en el mismo lugar pero 200 años después, por la Asociación Cultural Amigos del Museo Histórico-Militar de Valencia, que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Valencia y la Diputación Provincial. El grito que dio origen a la rebelión popular valenciana contra la ocupación francesa ha sido recordado en fechas clave, pero es la primera vez que se escenificará -con personas vestidas de época- el momento en que Valencia dio su apoyo al monarca Fernando VII. Fue entonces cuando la ciudad inició la Guerra de la Independencia, que a nivel nacional tiene su referente en el 2 de mayo y en los fusilamientos de un día después retratados por Goya.Alrededor de medio centenar de personas participarán en la escenificación, organizada por el grupo de recreación histórica de la Asociación Cultural Amigos del Museo Histórico-Militar de Valencia. Uno de los co-directores del grupo de recreación, Javier Planells, explica que el acto pretende mostrar, no sólo el famoso Crit del Palleter, sino también la evolución de los hechos. Se introducirán, por ello, a personajes clave en el devenir de los acontecimientos, aunque físicamente no participaran en la protesta. La plaza de la Compañía retrocederá el próximo 23 de mayo dos siglos. La Asociación Cultural Amigos del Museo Militar de Valencia tramita con el Ayuntamiento obtener permiso para, una vez escenificado el acto, realizar unos disparos de honor por parte de representantes del grupo equipados con uniformes militares y armamento de la época. Descubrirán además una placa conmemorativa de la efeméride.Fue el 23 de mayo cuando llegan a Valencia las primeras noticias de las capitulaciones de Bayona. En esta ciudad, Napoleón convoca a Fernando VII y a su padre Carlos IV, quienes ceden los derechos dinásticos del trono de España a José I Bonaparte, hermano de Napoleón y conocido popularmente como Pepe Botella.Las informaciones elevan el ambiente, ya de por sí caldeado, en las calles de Valencia. De hecho ya se habían creado algunas "escuadras secretas" formadas por burgueses valencianos como Beltrán de Lis o Vicente Moreno para combatir el avance francés.Ese día, los miembros de la Real Audiencia de Valencia deliberan en el actual Palau de la Generalitat qué camino tomar ante la exaltación del pueblo. En ese momento, las nuevas que llegan allende las fronteras hacen reaccionar a los ciudadanos que, ante la inoperancia del poder civil, deciden tomar cartas en el asunto. Un grupo de valencianos se dirige a la Ciudadela para coger armas pero, ante la imposibilidad de hacerse con ellas, se encaminan a la Casa del Pueblo, en la actual plaza de Manises. Allí designan al Padre Juan Rico para negociar con el Conde de la Conquista. Pero los resultados de las conversaciones no satisfacen al pueblo y hacen reaccionar a Vicent Doménech.Fajín a modo de estandarte El palleter rasga su faja de estambre en pequeños trozos para que sirva de escarapela (adorno compuesto por cintas de diferentes colores), pone el trozo de mayor tamaño en el extremo de una caña, coge una estampa de la Virgen de los Desamparados y un retrato del rey, que estaban repartiendo por la plaza, y lo levanta a modo de estandarte. Dirige entonces sus pasos hacia la plaza de les Panses, hasta donde le sigue la multitud. Vicent Doménech se encamina a un estanco próximo a la plaza donde se vende papel moneda y coge unos sellos que acaban de llegar con la figura del mariscal francés Murat, al mano de las tropas francesas en España. Con ellos en la mano, sube unas escaleras y los rompe en mil pedazos, lanzando al viento su popular grito.La rebelión popular fuerza unos acuerdos en los que el poder declara la guerra a Napoleón, reconoce como rey a Fernando VII, ordena la creación de cuerpos de ejército con voluntarios y el reclutamiento forzoso de soldados para formar tropas. En Valencia, explica Javier Planells, se formaron 16 cuerpos de ejército, que defendieron la ciudad en los ataques de las tropas francesas en 1808, 1810 y 1811. Finalmente Valencia cae en enero de 1812.