Artilleros, Artilleros, marchemos siempre unidos siempre unidos de la Patria, de la Patria, de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer. Y al oír, y al oír, y al oír del cañón el estampido, el estampido nos haga su sonido enardecer. España que nos mira siempre amante recuerda nuestra Historia Militar, Militar, que su nombre siempre suena más radiante a quien supo ponerla en un altar. Su recuerdo que conmueve con terneza, dice Patria, dice Gloria, dice Amor, y evocando su mágica grandeza, morir sabremos, por salvar su honor. Tremolemos muy alto el Estandarte, sus colores en la cumbre brillarán, y al pensar que con él está la muerte, nuestras almas con más ansia latirán. Como la madre que al niño le canta la canción de cuna que le dormirá, al arrullo de una oración santa en la tumba nuestra, flores crecerán. Marcharemos unidos, marcharemos dichosos seguros, contentos de nuestro valor, y cuando luchando a morir lleguemos, antes que rendidos, muertos con honor. Y alegres cantando el Himno glorioso de aquellos que ostentan noble cicatriz, terminemos siempre nuestro canto honroso con un viva Velarde y un viva Daoiz. Artilleros, Artilleros, marchemos siempre unidos siempre unidos de la Patria, de la Patria, de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer. Y al oír, y al oír, y al oír del cañón el estampido, el estampido nos haga su sonido enardecer. Orgullosos al pensar en las hazañas realizadas con honor por nuestra grey, gritemos con el alma un viva España y sienta el corazón un ¡viva el Rey!

domingo, 10 de septiembre de 2023

TENIENTE JOAQUÍN FUENTES PILA. KUDIA TAHAR 3 DE SEPTIEMBRE DE 1925


Este mes de septiembre se ha cumplido el XCVIII aniversario de la acción de Kudia Tahar, «el combate de las Laureadas». De entre todos los protagonistas destacó el Teniente de Artillería D. Joaquín Fuentes Pila. Traemos en esta ocasión un trabajo, aun inédito, cuyo autor es Jorge Ortega, donde relata la acción llevada a cabo por nuestro Teniente. 

Introducción

No es nuestra pretensión hacer un minucioso estudio sobre la defensa de la posición de Kudia Tahar. La idea es, tomando como base la defensa de la posición, poner en valor la figura del Teniente de Artillería D. Joaquín Fuentes Pila de la Comandancia de Artillería de Ceuta. Antes de adentrarnos en el desarrollo de la defensa, mostraremos una somera biografía militar de nuestro héroe, para después centrarnos en cada paso que dio Fuentes Pila hasta que encontró la muerte al pie de sus cañones. Alguno podría pensar que estos hechos son tan heroicos como otros cientos, pero aquí hay una gran diferencia. Es aquí cuando toma importancia la procedencia. La procedencia única, el paso obligado por el Real Colegio de Artillería, el cual creó un artillero con un mismo modo de ser, una comunidad de sentimientos y una homogeneidad en sus reacciones. Desde 1764 los Artilleros se han formado en el Real Colegio, aportando unidad, cohesión y compañerismo a sus componentes. Si, compañerismo, divisa de la que hizo gala nuestro Teniente cuando acudió al puesto de mayor riesgo sin que le correspondiera por turno, ni ordenase, por iniciativa propia, al saber que la batería de Kudia Tahar que mandaba el Teniente Mejón Carrasco estaba en problemas serios y que este último había muerto. Y esa virtud le costó la vida, se inmoló en aras del compañerismo cumpliendo el lema artillero «todos para cada uno y cada uno para los demás»[1].

Biografía del Teniente Joaquín Fuentes Pila

  Nace en Santander un 29 de febrero de 1896. Por Real Orden de 11 de julio de 1918 (D.O. 156) fue nombrado alumno de la Academia de Artillería, incorporándose el 2 de septiembre. El día 5 del mismo mes entró en la Caja de Reclutas de Madrid número 1. Así mismo le correspondió formar parte del cupo de instrucción, acogiéndose a los beneficios del Capítulo XX de la Ley de Reclutamiento y Reemplazo del Ejército de 27 de febrero de 1912 como soldado de cuota[2]. Es promovido al empleo de Alférez Alumno de Artillería por Real Orden de 6 de mayo de 1922 (D.O. 103). En octubre de 1922 realiza el primer viaje de prácticas para visitar los establecimientos fabriles e industriales de Madrid y Granada. Al siguiente año realiza el segundo viaje de prácticas y visita los establecimientos de Trubia y Reinosa. Por Real Orden de 27 de septiembre de 1923 (D.O. 215) es promovido al empleo de Teniente de Artillería. Como curiosidad en el «Libro de promociones de Oficiales de Artillería», su nombre aparece de forma errónea ya que le nombran como Joaquín Puente Pila, con numero general en la escala 5070 y numero procedente del Colegio 4917 y perteneciente a la 211 promoción del Real Colegio de Artillería[3]. Por Real Orden de 29 de septiembre de 1923 (D.O. 217) obtiene su primer destino en el Tercer Regimiento de Artillería de Montaña de guarnición en La Coruña. Pocos meses después y por Real Orden Circular de 25 de enero de 1924 (D.O. 21) se le destina al Segundo Regimiento de Artillería de Montaña de guarnición en Vitoria. El 6 de marzo, integrado en la Plana Mayor del Grupo Expedicionario del Segundo Regimiento de Montaña, forma parte de la Brigada de Reserva del Ejército de África. Se desplaza con su Unidad a Rabasa (Alicante) donde acampan y realizan ejercicios de tiro. Por Real Orden Circular de 25 de abril de 1924 (D.O. 96) es destinado a la Comandancia de Artillería de Ceuta, incorporándose con carácter de urgencia. El día 8 de abril se le destaca con su batería a Gueldez (costa de Gomara), haciendo fuego de cañón en multitud de ocasiones para repeler los ataques de fuerzas rebeldes. En esta situación continua hasta el 13 de septiembre, que regresa a su Unidad (que ha cambiado su denominación por la de Regimiento de Costa y Posición de Ceuta) pasando agregado a la Brigada Automovilista que esta afecta al Regimiento. El 5, 9, 12 y 14 de octubre conduce convoyes de municiones y víveres a Xauen, sorteando por el camino explosivos colocados en la pista por el enemigo, ayudado en todo momento por el Sargento Villares, «cortando los alambres que hacían estallar las maquinas infernales. Bajo la lluvia de fuego del enemigo desmontaron las bombas ocultas y así con gravísimo riesgo para sus vidas, pasó el convoy»[4]. Por estas muestras de valor fue citado en la Orden del Regimiento. Su distinguido comportamiento no se detiene aquí. El día 26 de octubre lleva un convoy de municiones al Fondak, siendo atacado por el enemigo. Un camión del mismo queda averiado con municiones en su interior. A su llegada, se da cuenta de la falta del camión y regresa con uno vacío para remolcarlo a la posición, recogiendo a su vez las bajas que había ocasionado el enemigo. Siguió al frente de varios convoyes de víveres y municiones hasta que pasó a las órdenes del Estado Mayor para formar parte en las operaciones llevadas a cabo para realizar la evacuación de la línea de posiciones de Xauen. 1924 acaba para él con operaciones de recogida de ambulancias averiadas y vehículos abandonados en los caminos. Haciéndolo en muchas ocasiones bajo intenso fuego enemigo. No hay descanso con la entrada de 1925. Al regresar con uno de sus convoyes advierte que no ha vuelto uno de sus camiones por sufrir una avería en el Fondak. No lo duda, vuelve al lugar del accidente e intenta su reparación pero viendo que empieza a oscurecer y no logran su objetivo y no consintiendo su abandono, ordena al camión que los ha llevado que vuelva y se queda junto a un Sargento y tres artilleros. Se prepara para la defensa cavando una zanja, haciendo un parapeto con sacos terreros y parte del cargamento que llevaba el camión. Contaba con tres mosquetones y la poca munición que llevaban de dotación en el camión. Así permaneció toda la noche hasta que al día siguiente fueron en su auxilio, regresando a la Plaza. El 18 de julio mantuvo durante todo el día un servicio de municionamiento a «Casa Aspillerada», destacando así mismo 15 camiones al blocao «Serra» para recoger dos compañías de ingenieros, una sección del mismo Cuerpo y telegrafistas, regresando a la Plaza con ellos. Así era nuestro héroe hasta los acontecimientos de Kudia Tahar. Su hermano, Don Santiago Fuentes-Pila, hombre dedicado a la política, lo describía como:

Un patriota exaltado y consciente con una vocación ciega, sencillez y valentía. Admirador de las viejas glorias españolas. Sus Jefes tenían tal concepto de su valor, que siempre que había que llevar un convoy difícil se lo encomendaban a él, pues tenían la seguridad que había de llegar a su destino. Era un creyente sincero, y sus entusiasmos y devociones las compartían la Religión, la Patria y el Rey.[5]

Antecedentes de la defensa de la posición
Corre el año 1925, hace 15 años que la sangre española riega las tierras en el norte de Marruecos, ocasionando dicho sea de paso, una merma en las arcas del Estado y no menos importante en la moral de la Nación. Quedaba todavía muy cercano en las mentes de todos el Desastre de Annual. La ciudad de Tetuán estaba defendida por un puesto fortificado llamado Kudia Tahar. La línea defensiva se ubicaba en la cadena montañosa del Gorgues, a una distancia de unos 12 km y 1000 metros de altura. Kudia Tahar era el centro de una serie de puestos de menor entidad, alineados por el macizo desde Nazarines y Nator (1, 2, 3 y principal) hasta Ben Karrich, pasando por «Tienda Fortificada» y «Avanzadilla», con una entidad dichos puestos o blocaos que no pasaban del nivel de sección. Toda la línea era defendida por unos cuatrocientos hombres aproximadamente, siendo el grueso perteneciente al Batallón Expedicionario Infante nº 5. Kudia Tahar, como se ha dicho, era el pilar del sistema defensivo, teniendo una forma pentagonal, siendo su perímetro un pequeño muro de aproximadamente 1,60 mts, ubicándose en su interior siete tiendas cónicas. La aguada, se encontraba alejada unos dos kilómetros, en el aduar de Dar Gassi. No cabía duda que si caía Kudia Tahar, el camino a Tetuán quedaba libre y por tanto sin defensa ni protección alguna. Nos encontramos a escasamente cinco días del desembarco de Alhucemas. Abd el Krim previniendo un ataque inminente preparó una respuesta ante la hipótesis de un desembarco en la bahía de Alhucemas. No era difícil pensar que algo iba a ocurrir ya que al ingente movimiento de tropas y material se unía una red de confidentes formada por personas de su pueblo en Ceuta y Melilla. El movimiento estaba claro, para contrarrestar el desembarco había que obligar a acumular tropas en la zona de Ceuta y así distraer fuerzas de la zona de Melilla. La decisión, ordenar un ataque sin precedentes en Kudia Tahar, la fecha, 3 de septiembre. Y el hombre designado para ir al frente de la ofensiva era Ahmed ben Mohammed el Hormar, conocido por las tropas españolas como El Heriro (Jeriro), que a la sazón era el Jefe de la Cabila de Beni Hozmar. Se eligió esta fecha porque era el momento elegido para que la «Brigada de Saro», mandada por el General de Brigada D. Leopoldo Saro Marín, comenzaba la marcha a su punto de embarque en Ceuta ya que era el primer escalón del desembarco. Esta Brigada estaba compuesta por las siguientes fuerzas:
-         Primera Columna
        o    Unidad de carros de asalto
        o    3 Tabores de Harca (1 de Larache y 2 de Tetuán)
        o    1 Tabor de la Mehala de Tetuán
        o    VII y VIII banderas del Tercio
        o    III Batallón del Regimiento África
        o    Batería de montaña de 7 cm Schneider
        o    2 Compañías de zapadores
        o    1 sección de transmisiones
-         Segunda Columna
        o    2 Tabores del Grupo de Regulares de Tetuán
        o    V Batallón de cazadores del Regimiento África
        o    Batería de montaña de 7 cm Schneider
        o    2 Compañías de Ingenieros
-         Tercera Columna
        o    1 Tabor de Regulares de Tetuán
        o    VIII Batallón de cazadores del Regimiento África
        o    Batería de obuses de 105 mm
        o    Sección de transmisiones
Como se puede apreciar una fuerza nada desdeñable, algo más de 9000 efectivos que podrían no participar en el desembarco si los planes de Abd del Krim salían bien.
Así pues se dirigió el día 3 de septiembre hacia el sector de Gorgues-Ben Karrich el hermano de Abd el Krim, Mohamed, para poner cerco a la posición de Kudia Tahar con unas fuerzas que rondaban los 4000 efectivos. Al otro lado, un puñado de españoles que no sobrepasaban los 150, pertenecientes la mayoría de ellos al Batallón Expedicionario del Infante nº 5. Después de todo, la «Columna Saro» no aplazó su embarque en Ceuta el día 6 de septiembre y puso rumbo a Alhucemas.

La defensa de la posición de Kudia-Tahar

El 2 de septiembre, los observadores españoles en el monte Gorgues detectan movimientos de fuerzas rebeldes en el collado de Dar Rai. Efectúan obras para el asentamiento de piezas de artillería. Rápidamente se da la orden a la batería de Kudia Tahar, mandada por el teniente Ángel Mejón Carrasco, que abriera fuego sobre las posiciones rebeldes con sus piezas Schneider de 7cm de montaña. De manera incomprensible, los moros, no responden al ataque. El teniente Mejón se extraña, ya que sabe que el enemigo dispone de artillería en la posición bombardeada, además con material de superior calibre: de 75mm y 105mm. Mejón pertenecía a la 212 promoción del Real Colegio, con número general en la escala 5182 y numero procedente del Colegio 5129. El Teniente Florencio Yagüe Romero, de Infantería, bromeaba con Mejón: «como siempre, mientras los artilleros calzan el ángulo de tiro, se les va el pájaro[6]». Eran bromas que más representaban el compañerismo entre las Armas que otra cosa. La batería de Kudia Tahar la componían un Oficial, un Sargento, dos Cabos y veinte artilleros, ya que disponían de cuatro piezas. La relación de sus componentes era la siguiente:

EMPLEO

NOMBRE

SITUACIÓN FINAL

TENIENTE

ANGEL MEJÓN CARRASCO

MUERTO

SARGENTO

MIGUEL GONZÁLEZ DIAZ

MUERTO

CABO

FÉLIX HEREDERO MUÑOZ

HERIDO

CABO

JOSÉ BUENDIA SORRIVAS

ILESO

ARTILLERO

GAVINO ESTEVANEZ CARRERAS

MUERTO

ARTILLERO

JOSÉ LOBATO DÍAZ

MUERTO

ARTILLERO

LUIS AMAT POVEDA

MUERTO

ARTILLERO

ADOLFO FERNÁNDEZ ARRAENZ

MUERTO

ARTILLERO

RAMÓN TOREA TOREA

MUERTO

ARTILLERO

JUAN DOMÍNGUEZ GARCÍA

MUERTO

ARTILLERO

MODESTO SALLE CHALOMANT

MUERTO

ARTILLERO

SANTIAGO BLANCO BLANCO

MUERTO

ARTILLERO

GRATINIANO GARCÍA BARBERO

MUERTO

ARTILLERO

MIGUEL CARO ARANDA

MUERTO

ARTILLERO

JUSTO MÉNDEZ MATEO

MUERTO

ARTILLERO

EUGENIO GARCÍA SANZ

MUERTO

ARTILLERO

BENITO PABLOS CUBOS

HERIDO

ARTILLERO

JUAN LÓPEZ SÁNCHEZ

HERIDO

ARTILLERO

BERNARDO CASTELL GANDÍA

HERIDO GRAVE

ARTILLERO

SEGUNDO SÁNCHEZ LÓPEZ

HERIDO GRAVE

ARTILLERO

DEMETRIO SEGOVIA SEGOVIA

HERIDO GRAVE

ARTILLERO

PRIMITIVO LÓPEZ VIDAL

ILESO

ARTILLERO

LAUREANO IGLESIAS GONZÁLEZ

ILESO

ARTILLERO

MARIANO DE LA IGLESIA PALACIOS

HERIDO


El resto de unidades que defendían Kudia Tahar eran las siguientes:

    -    Una Compañía de Infantería perteneciente al Regimiento del Infante número 5. La mandaba el Capitán Alfonso Gómez Zaracíbar. Los jefes de sección, Tenientes Carlos Ocasar Blanco, Florencio Yagüe Romero y el Alférez José Soler Lacambra. Había que añadir 2 Suboficiales, 2 Sargentos, 9 cabos y 75 soldados. Total 92 hombres.
        - Estación heliográfica compuesta por 2 Cabos, Ramón Caba Vera y Félix Hernando Gimeno y 2 Soldados del Batallón de Ingenieros de Ceuta.
            -     1 Teniente de Intendencia, Manuel García Armenta y 2 Soldados.

Iniciaba la defensa escasamente 123 hombres. Luego, como veremos, se unirían parte de los refuerzos enviados.


A las cinco horas y cuarenta minutos de la madrugada, el enemigo cañonea la posición de manera intensa durante cuatro largas horas, el Capitán José Gómez Zaracíbar, jefe de la posición, organiza la defensa. Horas antes habían cortado el suministro de agua a la posición. La violencia del fuego artillero ocasiona que desaparezcan los muros de la posición e incendia las tiendas existentes. Poca cosa se puede hacer con el potente fuego de la artillería enemiga con sus piezas de 75 mm y 105 mm. Desde la zona sur de la posición, donde se hallaban dos de nuestras piezas, el Teniente Mejón mandaba hacer fuego constantemente, efectuando 20 disparos con ellas. Desgraciadamente un disparo de la artillería rebelde hace blanco en las piezas inutilizándolas, excepto una de ellas, y matando al Teniente Mejón destrozándole vientre y las piernas. Momentos después otro proyectil mata al Sargento González y todos los sirvientes de la 2ª y 3ª piezas menos dos que siguen haciendo fuego con una de ellas. Son Mariano de la Iglesia Palacios, apuntador de la tercera pieza y Laureano Iglesias González que siguen «al pie del cañón» con serenidad y desprecio de sus vidas, haciendo las correcciones de manera intuitiva, hasta que es herido Mariano de la Iglesia y la pieza inutilizada. Nuestra artillería ha sido puesta fuera de servicio en los primeros momentos del ataque. El Capitán Zaracíbar y dos artilleros colocan los cadáveres detrás de unos sacos terreros. No se podía hacer otra cosa, esa misma noche los colocaron junto a otros caídos. La compañía del Capitán Zaracíbar, se bate en las empalizadas de la posición, siendo diezmados. Se han producido, antes de que acabe el día, 59 bajas. Desde Tetuán, viendo la gravedad de la situación, se mandan refuerzos. Acuden en auxilio de los sitiados un Tabor de la Mehala de Tetuán, al mando del Teniente Bartolomé Muntané Cirici. Mientras tanto en el blocao de «Nator 3», el Sargento Mariano Azcoz Cabañero, al mando de cinco Cabos y diecisiete Soldados, rechazan el primer ataque. Cuando son atacados por la artillería enemiga se ven obligados a abandonar la posición, volviendo a entrar en la misma esa misma noche. El día anterior Azcoz fue a Kudia Tahar a ver a su Capitán, y en su despedida se cruzaros estas palabras premonitorias: «Y ya lo sabe usted, mi Capitán. Siempre a sus órdenes. Y Dios y España lo primero. ¿Qué atacan?...Pues ya nos defenderemos. Adiós Azcoz, y muchas gracias por la visita…Ya sé que los de Nator 3 sois unos tíos bragaos.[7]».


Los moros iniciaron el asalto, «¡amám! ¡bisem Alláh!»[8], ya no existe ni parapeto ni artillería para defenderse. Los españoles luchan cuerpo a cuerpo, con el cuchillo bayoneta calado. Se iba a vender caro el palmo de terreno. El Capitán Zaracibar demuestra una gran serenidad, arengando a los defensores y organizando el contraataque. Todos siguen ocupando sus puestos en la trinchera, Zaracibar sigue sin descanso al frente de sus soldados. El enemigo, no siendo menos de unos mil quinientos en ese ataque, no pudo pasar en este primer envite, de las alambradas.
Desde Ben Karrich sale el Comandante González Salon con dos compañías del Batallón de Cazadores de África número 6 de Infantería. Así mismo, el Teniente Ángel Sevillano Cousillas acude desde Nator Principal con una sección de Zapadores. Sevillano entraría en la posición a mediodía del día cuatro con 26 de los 40 que salieron de Nator Principal. La primera orden que recibe del Capitán Zaracíbar es reparar el parapeto destruido por el enemigo.


Las noticias del asedio a Kudia Tahar llegan a la Plaza. Enterado de la muerte del Teniente Mejón, el Teniente Joaquín Fuentes Pila se presenta a las 13:30 horas en casa del Capitán de Artillería Carlos Más Gaminde de la Brigada Automovilística de Ceuta, el Teniente se encontraba, momentos antes, en la puerta del Cuartel de Artillería al mando de un convoy, de reten por si era preciso enviar tropas a Ben Karrich. Le dice en ese momento que se marcha a Kudia Tahar con un equipo de artilleros para cubrir las bajas habidas en la batería de la posición. Que lo había puesto en conocimiento del Jefe del Parque Móvil y que éste le había advertido que era provisional hasta que se incorporara con urgencia el teniente designado para el relevo (se había dado orden que con urgencia y en automóvil se presentara el Teniente a cubrir el puesto del Teniente Mejón). El Capitán Mas le ordenó que esperara en la puerta del Regimiento Mixto ya que debía comprobar las ordenes. Fuentes Pila le contestó que ya tenía órdenes de su Comandante y que saldría inmediatamente una vez tuviera a sus órdenes un equipo de artilleros para el relevo. Momentos de tensión ya que el Capitán Más le advirtió que su deber era obedecer las órdenes que él le estaba dando. Así pues el Teniente Fuentes Pila marchó a la puerta del Regimiento a esperar ordenes muy a su pesar. El Capitán Más habló con su Jefe inmediato indicándole, éste último, que marchara el Teniente Fuentes a cubrir la baja de Mejón ya que el Teniente al que le correspondía el relevo estaba en camino. Esperando en la puerta del Regimiento, llegó el Sargento García Martorell con el equipo de artilleros, haciéndose cargo Fuentes inmediatamente de ellos. Casi al mismo tiempo llega el Teniente que debía efectuar el relevo, D. Aurio Perote Martínez, de la 211 promoción, la misma que Fuentes Pila. Había acudido Perote, estando en cama enfermo, por entender que su puesto estaba en Kudia Tahar y ser más antiguo que Fuentes. El Capitán Más, viendo en el estado en que estaba Perote (no podía dar siquiera un paso), le indicó que se presentara al Comandante. Momento que aprovechó Fuentes para pedir permiso y proceder a salir con el equipo de relevo. El Capitán los despidió aconsejando a Fuentes que se enterase bien de la situación en el momento llegara y que tuviera presente que el verdadero relevo saldría con una hora de retraso.


El relevo estaba compuesto por el siguiente personal, indicando su situación final en la posición:


EMPLEO

NOMBRE

SITUACIÓN FINAL

TENIENTE

JOAQUIN FUENTES PILA

MUERTO

SARGENTO

ANTONIO GARCÍA MARTORELL

 

CABO

MANUEL TOLEDANO GARCÍA

HERIDO

CABO

ILDEFONSO CHAMORRO VEGA

 

ARTILLERO

MANUEL SILVAN FERNÁNDEZ

MUERTO

ARTILLERO

VICTORIANO DE LA CUESTA

DESAPARECIDO

ARTILLERO

SATURNINO GUILLEN

HERIDO GRAVE

ARTILLERO

JUSTINO ABARASTURI LÓPEZ

HERIDO GRAVE

ARTILLERO

JESÚS LEDESMA RIESCO

HERIDO GRAVE

ARTILLERO

TOMAS GUZMÁN

HERIDO GRAVE

ARTILLERO

BENITO GÓMEZ GORDO

HERIDO GRAVE

ARTILLERO

RICARDO MICÓ

HERIDO GRAVE

ARTILLERO

VALERIANO CALDERÓN REBOLLO

HERIDO

ARTILLERO

FERNANDO REINA MOSTAGÓN

ENFERMO

ARTILLERO

JUAN HERNÁNDEZ

 

ARTILLERO

HIPÓLITO GARCÍA ARGÜELLES

 

ARTILLERO

MARTIN DEL HOYO

 

ARTILLERO

EDUARDO GARCÍA LLORIO

 

ARTILLERO

ANTONIO MILLÁN DE RUS

 

ARTILLERO

MIGUEL ARGUDO

 

ARTILLERO

JOSÉ RAMÍREZ

 

ARTILLERO

TOMAS BAYAN

 

ARTILLERO

MANUEL DIEZ

 

ARTILLERO

JOSÉ GOIDE PICO

 


Desde Ben Karrich salió sin fuerza de protección. . Al llegar a la posición de «Collado de Vázquez», le dice el Comandante Emilio González Salon que es imposible continuar hacia Kudia Tahar, impidiéndole que siguiera ya que la posición estaba totalmente rodeada de enemigo. De hecho, la columna de socorro estaba detenida sin poder avanzar por este motivo. Fuentes, en cumplimiento del deber, siguió con su sección y logró atravesar las líneas enemigas al grito de «el que quiera seguirme que me siga»[9], recibiendo fuego intenso y siendo batidos por ambos flancos. Al pasar por «Nator Principal», encontró a su salida al Teniente Miguel Fernández de Vega del Batallón Expedicionario del Infante número 5 con sus cuarenta hombres de la Intervención de Beni Hozmar, que espera la oportunidad para iniciar el avance hacia Kudia Tahar con su sección para abastecerles de munición y agua (una cuba y 500 cartuchos de fusil), le advierte que es imposible subir, que el enemigo se haya parapetado en todo el trayecto. El flanco derecho estaba ocupado por un enemigo atrincherado y muy numeroso, el izquierdo llegaba a cortar el camino las trincheras enemigas, estando hasta la aguada de Azaaden cubierta por numeroso enemigo y que sería necesario llegar al cuerpo a cuerpo. Él había recibido órdenes de replegarse sobre su antigua posición. Al insistir que era comprometido y peligroso subir a Kudia Tahar, Fuentes le dijo «bueno que vamos a hacerle, o me matan o subo a Kudia Tahar, para eso estamos, allí hago mucha falta; si ves a otro teniente de Artillería dile que no suba que ya estaré yo allí»[10]. En el avance fue apoyado por la sección del Teniente Fernández, que incrementó el volumen de fuego al máximo sobre las trincheras del enemigo. Esta posición tenía en sus cercanías un blocao, «Nator nº 3» que estaba defendido por el Sargento Mariano Azcoz Cabañero del Batallón Expedicionario del Infante número 5. Con él se encontraban cinco Cabos y diecisiete Soldados. Después de pasar el Teniente Fuentes por «Nator Principal», se produjo un primer ataque consistente en un intenso fuego de fusilería por numeroso enemigo, que fue rechazado. Pero tuvieron que desalojarlo ya que inmediatamente después se produjo un bombardeo por parte de la artillería enemiga. No dudaron en regresar por la noche y reparar los daños ocasionados por los dos ataques. El Cabo Calvillo le dijo al Sargento Azcoz «mal lo hemos pasado hoy, mi Sargento», a lo que Azcoz contestó «mal, mal…Pero tu pide a Dios que mañana no lo pasemos peor»[11]. Advertido el enemigo en la madrugada del día cuatro del movimiento del Sargento Azcoz, reanudó con mayor intensidad el fuego contra el blocao. No le quedó más remedio al Sargento que pedir refuerzos a «Nator Principal» si quería sostener la posición, dada la escasez de municiones y las bajas producidas. El Sargento estaba herido en la mano, el costado y una pierna. El día cinco se reanudaron los ataques con fuego de fusilería y cañón. Fue rechazado el ataque a base de granadas de mano y usando toda la munición disponible. El enemigo se había acercado a la alambrada y se disponía a quitarla. Azcoz había sufrido once muertos y nueve heridos. No le quedaba otro remedio que abandonar el blocao al no poder defenderlo con garantías. Se ordenó la evacuación, siendo el Sargento Azcoz el último en abandonarla.

Pero volvamos al Teniente Fuentes y su avance hacia Kudia Tahar. En uno de los barrancos fueron enfilados por intenso y certero fuego del enemigo que ocasiono numerosas bajas. Fuentes se volvió a sus hombres y les dijo: «no tenemos tiempo de recoger las bajas, si me matan a mí que me dejen y seguid, maten a quien maten que alguno tiene que llegar a la posición. Ya recogerán las bajas»[12]. Continuaron hasta unos cien metros de la posición, donde hizo recuento de bajas viendo que contándole a él eran doce los artilleros que habían llegado a ese punto (un Teniente, un Sargento, dos Cabos y ocho Artilleros). Entraron en la posición de Kudia Tahar sobre las 18:00 horas. No todos lo hicieron ya que algunos quedaron heridos por el camino como se ha dicho. Entraron horas antes, sobre las 15:00 horas el Teniente Sevillano con su Sección de Zapadores para reparar los destrozos ocasionados por la artillería enemiga en el parapeto, el Teniente Arjona de la Mehala de Tetuán con cuarenta hombres que se hizo cargo de «Tienda Fortificada» y el Teniente García Almenta de Intendencia que solo pudo entrar con una caja de municiones y avisó que no esperaran más refuerzos o provisiones. Dada la imposibilidad de reparar el parapeto por el intenso fuego enemigo, el Capitán Zaracibar ordenó a Sevillano que se uniera con sus zapadores a la defensa de la posición. Fuentes se presentó al Capitán Zaracibar diciéndole que era el relevo del Teniente Mejón. Se hizo cargo inmediatamente de la única pieza que estaba útil. Otra la sacó de entre los escombros y sería utilizada una vez cambiadas algunas piezas para tirar «a cero» ya que los elementos de puntería no los tenía y era necesario que se disparase con ella para demostrar al enemigo que en la posición había artillería. No tardó en hacer fuego con la pieza. Doce disparos cayeron en la batería enemiga. Cada disparo que efectuaba, elevaba la moral de los sitiados ¡Fuego! Y al instante ordenaba ¡Carguen!, ¡Fuego!. A las labores de reconstrucción de la pieza se dedicaron Fuentes Pila, el Sargento García Martorell y tres artilleros, quedando lista para el fuego de madrugada. Pero no solo se dedicó Fuetes Pila a reparar la pieza, aun le dio tiempo a recorrer las trincheras animando a los defensores diciéndoles entre otras cosas que mañana llegarían los refuerzos. Se encontró con el artillero Laureano Iglesias González, apuntador de la pieza del Teniente Mejón, dándole un abrazo y diciéndole «así se hace, y daré parte a los Jefes, pronto nos vengaremos»[13]. Fue tal la valentía y el arrojo de Fuentes Pila que el Capitán Zaracibar llego a comentar «se lo van a cargar y no vamos a conseguir nada»[14].  Y casi se cumple lo dicho. A la mañana siguiente, el enemigo cañoneó la posición con tal intensidad que parecía que iba a volar toda la posición. Un proyectil enemigo hizo impacto directo sobre la pieza. Hubo tres bajas, siendo una muy grave (el apuntador). El enemigo disparaba sobre la batería con sus piezas de mayor calibre. El proyectil que impactó sobre la pieza lanzó por los aires al Teniente Fuentes, cayendo encima de un defensor en una trinchera, sufriendo heridas leves, aun así corrió otra vez a su puesto en la pieza y siguió haciendo fuego. Solicitó el permiso del Capitán Zaracibar para posicionar la pieza fuera de la alambrada, a un costado de la posición. Cuando pudo la sacó a la parte derecha de la posición para desorientar al enemigo. Hasta ese momento el enemigo había disparado unos trescientos proyectiles, habiendo caído en la posición doscientos. Fuentes salió a elegir el asentamiento de la pieza cuando de pronto un proyectil impactó donde se encontraba lanzando el cuerpo del Teniente fuera de la alambrada. Cuando fue a recogerlo el Sargento García Martorell se encontró una escena dantesca. El proyectil le había seccionado el cuerpo de cadera hacia abajo. Cogieron sus restos y los trasladaron al interior de la posición junto al cadáver del Teniente Mejón. Entre tanto, no dejaban de caer proyectiles en la zona de la pieza. La defensa de la posición quedaba reducida a los fusiles de los supervivientes y los artilleros no se iban a quedar atrás. Dado el intenso fuego que hacia el enemigo, decidieron trasladar a la trinchera las municiones que se almacenaban en el polvorín (granadas de mano, proyectiles de artillería y 22 cajas de munición de fusil). El enemigo hizo blanco en el polvorín pero el esfuerzo de nuestros artilleros fue en vano, ya que los siguientes impactos cayeron en la trinchera donde se almacenaba la munición, haciendo explosión y ardiendo todo. Pero no solo se distinguió el Teniente Fuentes en la defensa de la posición de Kudia Tahar. Sus artilleros siguieron al pie de la letra la estrofa del himno de los Artilleros «antes que rendidos muertos con honor». El Artillero Hipólito García Argüelles no dejaba de disparar a la vez que daba animo a sus compañeros de trinchera, o el Artillero Juan Hernández que no dudaba en salir fuera de la posición, las veces que hiciera falta, para recoger la ayuda que arrojaba nuestros Breguet 19 consistente en sacos de provisiones, munición y hielo.

Poco después de caer el Teniente Fuentes Pila es herido el Teniente Sevillano, a su herida en el pecho por un rebote nada más llegar a la posición, hay que añadir una herida por metralla de un proyectil del enemigo. Los cadáveres de los defensores iban aumentado, con el problema añadido de no poder darles «tierra». Se optó por aprovechar el cerco de una tienda cónica quemada para colocar los restos de los valientes defensores cubiertos por sacos terreros. El día cuatro se seguía luchando encarnizadamente. El Heriro tenía que tomar la posición a toda costa, pero no entendía como podían resistir de esa manera los españoles. La situación era desesperada. Sin agua ni víveres ni municiones y un enemigo muy superior en número y material, que ya estaba a punto de atravesar las alambradas. Pero aun tendrían que llegar más desgracias. A mediodía del día 6 un balazo en el pecho causa la muerte del Capitán Zaracibar cuando recorría la posición dando ejemplo de valor y verdadero espíritu militar, a la manera española, de pie sin inclinarse al paso de los proyectiles del enemigo. El suboficial Funes Abellán y el Alférez Soler lo depositaron junto a Mejón y Fuentes. El resto de Oficiales o había muerto o estaba herido. Le sucedió en el mando el Teniente Sevillano, por ser el más antiguo. Mantuvo elevado el espíritu del puñado de valientes que quedaba, como lo hubiera hecho Zaracibar. Sevillano no para de mandar mensajes con el heliógrafo solicitando municiones, víveres y refuerzos. Pasan los días sufriendo los continuos ataques del enemigo hasta el día 13 en el que son liberados por las tropas de socorro. Hasta ese día habían resultado heridos o muertos en la defensa de Kudia Tahar 8 Oficiales y 102 entre Suboficiales, clases y tropa.

El cadáver del Teniente Fuentes Pila fue embalsamado y conducido una semana después a Ceuta, donde su hermano Santiago se hizo cargo de él[15]. Viajaron juntos hasta Madrid los cadáveres de Fuentes Pila y Mejón. En la capital fueron recibidos por las autoridades civiles y militares. En representación de S.M. el Rey estuvo su Ayudante. Formó para rendir honores una sección del Primer Regimiento de Artillería Ligera. Asistieron prácticamente la totalidad de los oficiales de Artillería de Madrid y cantones. Posteriormente el féretro de Fuentes Pila se dirigió a Puente Viesgo (Santander) y el de Mejón a Lérida[16]. También se le hizo entrega de las armas que usó en combate al hermano de Fuentes Pila, las cuales le causarían serios problemas años después ya que fue denunciado por tenencia ilegal de armas. La Sección Tercera de lo Criminal con fecha del año1933 abría causa contra D. Santiago Fuentes Pila, pidiendo el fiscal cuatro meses y un día de prisión y el decomiso de las armas. Los testigos que acudieron reconocieron las armas como de propiedad del Teniente Joaquín Fuentes Pila y pudiendo comprobar que, aun habiendo pasado siete años, se podía observar en ellas tierra y sangre.[17]

La columna de socorro

Las fuerzas españolas estaban empeñadas en el desembarco pero viendo que efectivamente podía peligrar Tetuán, se decidió distraer de la acción principal una columna que acudiera en auxilio de Kudia Tahar y por tanto evitara la perdida de Tetuán. En un primer momento se decidió apoyar con una columna que saldría desde Ben Karrich el mismo día tres, pero no pudo pasar de Collado Vázquez. Dado este contratiempo, al día siguiente, sale desde «Gorgues» una columna más nutrida al mando del Teniente Coronel Buenaventura Hernández Francés, consistente en tres Mías de la Mehala de Tetuán, una Compañía Expedicionaria del Regimiento de Infantería Cuenca y una Batería de montaña. No pudieron lograr su propósito, dejando por el camino 9 muertos y 32 heridos. Una de las bajas serie el propio Teniente Coronel. El mando español empezaba a preocuparse ya que no veía la posibilidad de poder llegar a socorrer Kudia Tahar. Así, decide el día cinco recuperar y asegurar los puestos de la línea de Nator para mantener la comunicación con Ben Karrich. Tras penosos esfuerzos lo consiguieron interviniendo en la operación un Tabor de Regulares de Ceuta y un Batallón de Cazadores de Serrallo. Es urgente que algún convoy de víveres llegue a Kudia Tahar. Se piden voluntarios para poder llevar agua, algo de tabaco y municiones a los sitiados. El Teniente Bartolomé Muntané Cirici se presenta voluntario junto al Sargento Serapio Santiago Becerra y sus Ascaris. La misión era poco menos que suicida pero con acierto y valor consigue el Teniente Muntané entrar en la posición la madrugada del día ocho ante la incredulidad del Teniente Sevillano que no sabía cómo dar las gracias. Con las mismas Muntané emprendió la vuelta. Fue descubierto por el enemigo obligándole a refugiarse en «Tienda Fortificada» defendida en esos momentos por el Teniente Arjona. Es aquí donde debido al fuego de cañón y fusil tienen las primeras bajas, siendo obligados, al amparo de la noche, a retroceder a unas peñas donde pasaron dos días defendiéndose con todo lo que tenían. Al anochecer del segundo día pudieron salir de la improvisada protección pudiendo llegar a Hafa el Tuab donde pudieron ser atendidos los heridos y supervivientes hasta su retirada hacia Gorgues. En esta situación llegamos al día nueve en la que una columna constituida por un Tabor de Regulares de Ceuta, y la Mehala de Tetuán al mando del Teniente Coronel Álvarez Arenas, intenta subir por el barranco de Sequin, a la vez que el Coronel Prats con sus Batallones «Toledo» y «Ceuta», aguanta las embestidas del enemigo para evitar que progrese por el valle del rio Martin. Todo ello en beneficio del Coronel Fanjul que con sus fuerzas intenta llegar a Kudia Tahar. Era tal el ímpetu enemigo que estas acciones fracasaron y tuvieron que replegarse sin haber llegado a Dar Gasi. Es necesario cueste lo que cueste socorrer a Kudia Tahar. El mismo día nueve se intenta hacer llegar víveres y municiones por vía aérea a la vez que intentar un bombardeo. Para ello es designado el Teniente Antonio Nombela Tomasisch a bordo de su Breguet nº 12 siendo su piloto el Capitán Gallego. La climatología era totalmente adversa, visibilidad casi nula, vientos fuertes que dificultan las maniobras del aparato. El piloto comunica a Nombela que deben regresar, pero éste se niega en redondo. Hay que entregar la ayuda a Kudia Tahar. Logran localizar la posición y efectúan pasadas a muy baja altura para evitar que los víveres y municiones caigan en manos del enemigo. La distancia entre los sitiados y el enemigo es escasamente de seis metros. Aun así logran descargar la ayuda no sin ser acribillados totalmente, con la fatalidad que un proyectil impacta en la columna vertebral del Teniente Nombela. El piloto logra llevar el aparato de vuelta a la base llegando Nombela moribundo y tardando casi un año en recuperarse.

El día once la 3ª Compañía del II Tabor de Regulares de Melilla nº 2 al mando del Capitán Miguel Rodrigo Martínez ataca a un enemigo dispuesto en una línea a lo largo del barranco de Izarduy y el poblado de Dar Gasi. El enemigo se defiende con artillería y armas ligeras. El Capitán junto con dos secciones ocupa el poblado de Dar Alka para proteger el resto de la Unidad. Al día siguiente continúa el avance ocupando los montes situados a la izquierda del barranco de Izarduy, lográndolo con duros combates con la bayoneta calada, arroyando al enemigo y poniéndolo en fuga. Ese mismo día, la III Bandera del Tercio al mando del Comandante Francisco García Escámez e Iniesta se enfrenta a un enemigo bien atrincherado en el barranco de Skin, que lleva directamente a Kudia Tahar. En Dar Gasi se produce un duro enfrentamiento, teniendo muchas bajas, que no se pueden retirar, y retrasando su avance. García Escámez pide voluntarios y entre otros se presenta el Teniente José Martínez Anglada, de la 4ª Compañía de la II Bandera. Con él veinticinco valientes y entre ellos participa el propio Comandante García Escámez. Pistola en mano proceden al asalto del poblado llegando al cuerpo a cuerpo con el enemigo. El mismo Martínez Anglada lucha con cuatro moros, matando a tres y dejando otro herido. Se combate parapeto a parapeto en un terreno muy accidentado y lleno de trincheras y alambradas. Con esfuerzo y valentía vencen al enemigo dominando el pueblo y consiguiendo que Kudia Tahar fuera liberada al día siguiente. Al amanecer del día trece las columnas de socorro entran en Kudia Tahar. Los heroicos defensores de Kudia Tahar habían cumplido con su deber. Tetuán quedaba libre de la amenaza de Abd el Krim.

A este éxito contribuyeron tanto el heroísmo de las columnas de socorro y el de los sitiados de Kudia Tahar como el acierto de la conducción del conjunto de las operaciones para su liberación. Fruto de todo ello es el hecho excepcional en los anales de la historia militar de la concesión de, entre otras recompensas, nueve Cruces Laureadas de San Fernando, igualando dicho sea de paso, las concedidas en el Barranco del Lobo en 1909. Los hombres que con su conducta se hicieron acreedores a ostentar esta preciada condecoración fueron:

-      Capitán de Infantería D. José Gómez Zaracibar

-      Capitán de Infantería D. Miguel Rodrigo Martínez

-      Teniente de Infantería D. Bartolomé Muntané Cirici

-      Teniente de Infantería D. José Martínez Anglada

-      Teniente de Artillería D. Joaquín Fuentes Pila

-      Teniente de Ingenieros D. Ángel Sevillano Cousillas

-      Sargento de Infantería D. Mariano Azcoz Cabañero

El Teniente Fuentes Pila fue recompensado por las operaciones y servicios en campaña de la siguiente manera:

1.   Orden General del Ejército en África de 18 de septiembre de 1925, se le cita como distinguido por la marcha efectuada para acudir a Kudia Tahar.

2.   Orden Circular de 20 de octubre de 1925 (D.O. 234) se le concede por su valeroso y distinguido comportamiento en la defensa de la posición de Kudia Tahar la Medalla Militar.

3.   Real Orden de 13 de enero de 1927 (D.O. 11), se le concede el ascenso a Capitán.

4.   Orden Circular de 2 de enero de 1930 (D.O. 2) se le concede la Cruz Laureada de San Fernando por su heroico comportamiento el tres de septiembre de 1925 al acudir en socorro de la posición de Kudia Tahar.

Conclusiones

No cabe duda que el plan urdido por Abd el Krim atacando el frente occidental del Protectorado español, ponía en un serio aprieto a las fuerzas españolas y por tanto el éxito del desembarco en Alhucemas. La clave estaba en la posición de Kudia Tahar, atacando y rompiendo la línea defensiva española para así poder llegar a Tetuán, sitiarla y dejar sin efecto el desembarco para que dichas fuerzas acudieran en socorro de la capital distrayéndolas de su misión principal. Estuvo muy cerca de conseguirlo ya que demostró ser un Jefe con capacidades y una verdadera visión táctica. El haber sido vencido da a pensar que se equivocó en sus decisiones, que su maniobra fue desmedida. Pero nos deberíamos preguntar ¿qué hubiera pasado si hubiera tenido éxito la ofensiva planeada por Abd el Krim? Seguramente el desembarco de Alhucemas no hubiera tenido el efecto deseado, ocasionando un daño en la operación irreparable al desbaratar los planes en el ámbito estratégico y por supuesto perder la finalidad perseguida. En otro orden de cosas hubiera alargado la guerra, pudiendo llegar incluso al abandono del protectorado, desembocando en una pérdida de prestigio de nuestra Nación. Pudiendo incluso perder nuestras plazas de soberanía de Ceuta y Melilla. Pero debemos tener en cuenta, porque no es nada baladí decirlo, el aspecto humano, el del combatiente. Se topó con el gallardo soldado español y más concretamente con un puñado de artilleros que acudieron a una muerte prácticamente segura sin pensarlo dos veces, en auxilio de sus compañeros sitiados, poniendo en práctica unos valores que representan el auténtico espíritu militar español. Efectivamente todo ello se logra con la puesta en práctica de unos valores, de unas conductas, que están en permanente conexión. Estas actitudes logran «fabricar» un soldado único en el mundo que sale fiero contra el enemigo tras un bombardeo o permanece en su posición cubriendo la retirada de sus camaradas a sabiendas que esta actitud le costará la propia vida. Valores como el amor a la Patria, el compañerismo, la lealtad, la disciplina, la ejemplaridad, el espíritu de sacrificio, el honor, el sentido del deber o el valor, sin olvidar la preparación y el estudio son la columna vertebral de nuestro componente humano, de nuestros soldados, que llegado el momento, saben sacrificarse por la Patria cumpliendo el sagradísimo juramento hecho en su día al besar el Estandarte. Y como se adelantaba en la introducción, no cabe duda que una de las formas de conseguir inculcar estos valores es la procedencia única, el paso obligado por el Real Colegio de Artillería. Así, observando los Hechos de Armas relatados en los cuadros del pasillo de honor de la Academia de Artillería, Galería de Promociones, y tantos otros lugares de nuestra Academia, nos servirán de espejo y ejemplo para seguir el camino señalado por nuestros antecesores como Fuentes Pila, Flomesta, de la Paz Orduña, Royo, Guiloche, Ordoñez, Morla, etc.


ANEXO FOTOGRÁFICO

Posición de Kudia Tahar. Día 3. Ataque de la artillería enemiga. Se puede observar la zona bombardeada así como alguna tienda cónica aun en pie.

Posición de Kudia Tahar. Día 4. Se puede observar la ubicación de las tiendas cónicas así como el perímetro de trincheras. 

Croquis de Tetuán y su línea defensiva


Con fecha cinco de diciembre de 1949, se celebró en el Museo del Ejército un sencillo homenaje en memoria del Teniente de Artillería Joaquín Fuentes Pila. Su hermano Santiago, hizo entrega de un retrato de nuestro héroe.


En 1927 quedó expuesta en el Museo del Ejército (entonces Real Museo Militar de Artillería) con el número de fondo 7446, la pieza utilizada por el Teniente Fuentes Pila. La contemplación del estado en que quedó el cañón nos acerca a la extraordinaria defensa que se realizó


Estado en el que quedó el escudo


Detalle del estado de la rueda


Impactos de metralla en la meseta para la escuadra de nivel y visor.


Estado de la banqueta rodillera del apuntador


Vista posterior de la pieza.


Esquela Teniente Joaquín Fuentes Pila. ABC 03/09/1926 Pág. 28


Esquela Teniente Ángel Mejón Carrasco. ABC 17/09/1925 Pág. 26


Monumento a Fuentes Pila en el Parque de Mesones en el Sardinero (Santander).


Monumento a Fuentes Pila en la «Casona Fuentes Pila», su casa familiar en Puente Viesgo (Cantabria). Hoy Ayuntamiento









Bibliografía

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Notas

[1] RUBIO DE GANGA YARZO Y BRU (1912), pág.1

[2] Abona el primer plazo de 500 pesetas según carta de pago número 125 del Banco de España.

[3] BANÚS (1930), pág. 688

[4] ROMANO (1927), pág. 37

[5] ROMANO (1927), pág.36

[6] GARATE CORDOBA (1969), pág. 1157

[7] GARATE CORDOBA (1969), pág. 1158

[8] GARATE CORDOBA (1969), pág. 1158. La traducción empleada por el autor es: ¡adelante! ¡en nombre de Dios!

[9] Declaración del Sargento de Artillería Antonio García Martorell. Expediente Juicio Contradictorio folio 161 vuelto.

[10] FERNANDEZ DE VEGA (1928) pág. 656

[11] GARATE CORDOBA (1969) pág. 1160

[12] Declaración del Sargento de Artillería Antonio García Martorell. Expediente Juicio Contradictorio folio 161 vuelto.

[13] Declaración del Sargento de Artillería Antonio García Martorell. Expediente Juicio Contradictorio folio 162 vuelto.

[14] Declaración del Teniente de Intendencia D. Miguel García Almenta. Expediente Juicio Contradictorio folio 131 vuelto.

[15]Telegrama General Subsecretario Ministerio de la Guerra a Comandante General de Ceuta.

[16] Diario ABC 17/09/1925 pág. 12

[17] Diario ABC 30/06/1933 pág. 43


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