Artilleros, Artilleros, marchemos siempre unidos siempre unidos de la Patria, de la Patria, de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer. Y al oír, y al oír, y al oír del cañón el estampido, el estampido nos haga su sonido enardecer. España que nos mira siempre amante recuerda nuestra Historia Militar, Militar, que su nombre siempre suena más radiante a quien supo ponerla en un altar. Su recuerdo que conmueve con terneza, dice Patria, dice Gloria, dice Amor, y evocando su mágica grandeza, morir sabremos, por salvar su honor. Tremolemos muy alto el Estandarte, sus colores en la cumbre brillarán, y al pensar que con él está la muerte, nuestras almas con más ansia latirán. Como la madre que al niño le canta la canción de cuna que le dormirá, al arrullo de una oración santa en la tumba nuestra, flores crecerán. Marcharemos unidos, marcharemos dichosos seguros, contentos de nuestro valor, y cuando luchando a morir lleguemos, antes que rendidos, muertos con honor. Y alegres cantando el Himno glorioso de aquellos que ostentan noble cicatriz, terminemos siempre nuestro canto honroso con un viva Velarde y un viva Daoiz. Artilleros, Artilleros, marchemos siempre unidos siempre unidos de la Patria, de la Patria, de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer. Y al oír, y al oír, y al oír del cañón el estampido, el estampido nos haga su sonido enardecer. Orgullosos al pensar en las hazañas realizadas con honor por nuestra grey, gritemos con el alma un viva España y sienta el corazón un ¡viva el Rey!

domingo, 31 de mayo de 2009

Historial de nuestros Regimientos. El RACA 11



Desciende organicamente del 2º Batallón del Regimiento Real creado en 1710. En 1762 este Batallon sirve como nucleo para la formacion del 3º Batallón del Real Cuerpo, base sobre la que se organiza en 1802 el 3º Regimiento a Pie.

En 1824 su Historial es continuado por el Batallón Provisional de Artilleria a Pie de Sevilla, que vuelve a convertirse en 3º Regimiento a Pie en 1842, transformandose luego en Regimiento de Artillería de sitio en 1884, 14º Regimiento Montado en 1891, 5º Regimiento Montado en 1898, 2º Regimiento Ligero en 1918 y en Regimiento de Artillería Divisionario nº 11 en 1939.
Participa en la Guerra de Sucesión. Despues combate en las Campañas de Italia entre 1735 y 1748. Se distingue en la toma del Castillo de San Felipe durante la conquista de Menorca en 1781 y en las defensas de las Plazas de Oran en 1732 y 1791. En la Guerra contra la Convención Francesa, combate en 1793 en el Fuerte de Bellegarde y en la Batalla de Truillas.
En la Guerra contra Portugal en 1808, toma parte en los sitios de Setubal y Yelbes. Durante la Guerra de la Independencia combate en Rubieca, Medina del Campo, Almonacid, en la acción de Aranjuez, en el bloqueo de Cadiz por los franceses, y en las Batallas de Talavera y Tamames, obteniendo numerosas Cruces y Escudos de distinción.
Interviene en la 1ª Guerra Carlista, en la Guerra de Africa de 1859-1860, donde entra en fuego en las Batallas de los Castillejos, Tetuan y Wad-Ras; y en la 2ª Guerra Carlista se distingue en Lacar y en la defensa de Logroño. Entre 1921 y 1926 participa en la Campaña de Africa.
Al iniciarse la Guerra Civil se encuentra de guarnicion en Madrid, tomando partido en el Alzamiento, siendo disuelto. Vuelve el 1 de octubre de 1939 como Regimiento de Artillería nº 11, manteniendo la sede de Vicalvaro, e integrándose el 20 de agosto de 1943 en la División 11.

Con la reorganización de 1965 se transformó en Regimiento de Artillería de Campaña nº 11 pasando a encuadrarse en la División Acorazada “Brunete” nº 1, trasladándose en 1989 de Vicalvaro a Fuencarral y en 1996 a la Base “Cid Campeador” en Castrillo del Val (Burgos).

viernes, 22 de mayo de 2009

Regimiento de Caballeria Ligera Lusitania 8

Siguiendo con los aniversarios, en diciembre cumple su tercer centenario el Regimiento de Caballeria Ligera Lusitania 8 de guarnicion en la Base General Almirante en Valencia. La Asociacion III Centanario tiene su web en la siguiente direccion: http://www.centenariolusitania.es/.

Exponemos a continuacion un resumen de su historial.

SIGLO XVIII

El Regimiento fue creado por Real Cédula de 18 de diciembre de 1709 autorizando al Excelentísimo Sr.D. Jaime Miguel de Guzmán Davalos y Spínola, 2º Marqués de la Mina, Conde de Pezuela de las Torres, Grande de España, Caballero del Toison y del Santi Spiritu, San Jenaro y Calatrava, Capitán General de los Ejércitos de Su Majestad y Director General del Cuerpo de Dragones, a levantar un Regimiento de Caballería.Comienzan a dar prueba de su espíritu militar los Dragones de Pezuela en la Guerra de Sucesión, sitio de Campomayor rechazando con bravura a los portugueses (1712) y más tarde en la expedición a Cerdeña, sitio y toma de Cagliari (1717) precursora victoria de las que alcanza en el siguiente año cuando incorporado a las tropas del Marqués de Lede concurre a la conquista de Sicilia con el nombre de Dragones de Lusitania participando en el sitio y rendición de Messina y más tarde en la batalla de Melazzo donde cargan con irresistible empuje sobre los austríacos apoderándose de dos banderas enemigas, en memoria de lo cual el Rey Felipe V concede al Regimiento el privilegio de lucir en sus monturas una escarapela amarilla y, además, en su estandarte la siguiente inscripción: “Lusitania tessera omni armatura fortier” (Lusitania es más fuerte con su estandarte que con todas las armaduras); batalla de Francavilla defendiendo la posición de los Capuchinos (1720), combate de Tres Fontanas, obligando al enemigo a levantar el sitio del Castillo de Mola, continuando el mismo año sus operaciones en África socorriendo a Ceuta y rechazando a los moros en su acometida en la Tenaza Serrallo y Tarajar para facilitar el repliegue del Ejército hasta regresar a la Península donde presta servicio de guarnición en Córdoba concurriendo el año 1726 al sitio del Peñón de Gibraltar.En 1732 forma parte del Ejército del Conde de Montemar para la expedición a Orán y se cubre de gloria en el ataque del Monte del Santo, y otras acciones de aquel memorable sitio.

Continúa en 1742 la serie de brillantes hechos de armas en Italia, reverdeciendo sus laureles en la toma del Castillo de Aspremont y posiciones de Maurienne y Modane, ataque a los atrincheramientos de los Alpes, toma de la Tour-du-Pont, ocupación de Chamberí (1743), reconquista del Castillo de Aspremont, ataque y toma de Niza y Finca de Monte Albano a Villafranca, sitio y rendición de Demont y toma de Chierasco hasta que en 1744 derrochan bravura y heroísmo estos soldados en la batalla de Madonna del Olmo, famosa en los anales de la Caballería española, donde sucumben dos tercios de su tropa y ganado bajo el plomo enemigo, jornada que les dio a conocer bajo el dictado de “Dragones de la Muerte” y, en recuerdo de la cual, el Rey Felipe V concedió al Regimiento el privilegio de llevar tres calaveras con las tibias cruzadas en las bocamangas.Nuevos laureles alcanza el Regimiento en el combate de Fregarolo (1745); sorpresa de Codogno, batalla de Plasencia y del Tedonne (1746). En Portugal se apoderan de Miranda, Braganza, Chaves, Castel Rodrigo, Salvatierra y Almeida (1762), distinguiéndose después en América formando parte del Ejército expedicionario del General Ceballos en la conquista de la isla de Santa Catalina y colonia de Sacramento (1777), operando luego en guerra con Francia para invadir el Rosellón y tomar San Lorenzo de Cerdá, Arlés y Ceret, batalla de Masdeu, toma de Argeles y Elna, acciones de Prats de Molló y Colliure, conquista de Thuir, ataque de las baterías de Puig-Oriol, acciones de Millás, Pontellas y Canoes, batalla de Truillas y de Boulou, Trompeta y Montesquieu y acción de Lascum (1795) donde realzan y aumentan su fama guerrera.

SIGLO XIX

Combate en la Guerra de la Independencia con el nuevo nombre de Regimiento de Cáceres 8º de Dragones, participando en las batallas de Tudela (1808) y Almonacid, donde extrema su valor, combate de la Solana, batalla de Tamames donde consigue por su comportamiento un escudo con el lema “Venció en Tamames”; acción de Medina del Campo donde toma una batería, batalla de Alba de Tormes dando prueba de una disciplina admirable, combate de la Cuesta del Madero, batalla de Ocaña rechazando las repetidas cargas de la Caballería imperial (1809), con la denominación de Regimiento de Lusitania 8º de Dragones, acciones de la Roca, Ronquillo, Aracena y Alcalá la Real (1810) Santa Engracia, batalla de la Albuera, batalla de Usagre, Cáceres y sorpresa de Arroyomolino (1811).Se disuelve el Regimiento en 1.823 siendo restablecido en Diciembre de 1.841 con el nombre de Sagunto 13 de Caballería y recuperando su denominación de Lusitania desde 1844. Durante la 2ª Guerra Carlista se distingue en Cataluña en las acciones de la Ginebrosa (1847) siendo llamado Regimiento de Lusitania 3º de Cazadores desde 1844; Igualada, Caspe, Cientamo (1848), Castelfullit, Cambrills y Bancal de San Miguel (1849) y en los Sucesos Políticos en Puerta Nueva y en la acción de Castel-Bisbal.En la 3ª Guerra Carlista luchando por la causa constitucional participa en las acciones de Unzue y Eneríz (1872), combate de Santa Gadea, acciones de Subijana, Arriola y Montevite, combate de Nanclares, batalla de Montejurra, combate de Fresneda, batalla de Monte-Muro, líneas de Villatuerta, Murillo y Arbazuza, batalla y toma de Oteiza, donde merecen que se les dirija una circular laudatoria por la Dirección del Arma que se comunicó a todos los Cuerpos como hecho digno de conocerse; acción de Verasoaín, ataque, toma y defensa de La Guardia (1874), en cuyo año se le conoce con el nombre de Regimiento de Lanceros 12º de Caballería; combate de Velastegui, acciones de Belascoaín y San Lorenzo, defensa de Logroño, acción de Obanos, ataque y toma de Aoiz, Huarte y Villaba, socorro de Lumbier, acciones de Sierra de Leire y Ermita de la Trinidad, combate de Azcoyen, ataque y toma de Urroz, Alzuza, Miravalles, San Cristóbal y Oricaín (1875), acción y toma de Villareal, ataque y toma del Fuerte de San Antonio de Urquiola y batalla de Elgueta realzando su reputación.Entre 1895 y 1898 un Escuadrón del Regimiento forma parte de las fuerzas expedicionarias en Cuba tomando parte destacada en numerosas acciones de combate, entre ellas la carga en Ingenio Esperanza (1896), acciones de Potrero, Cepeda, Macaguabo, Las Varas y Río Grande. Termina el Regimiento el siglo XIX con la denominación de Regimiento de Cazadores de Lusitania 12 de Caballería y guarnición en Madrid.

SIGLO XX
Entre 1909 y 1910 un Escuadrón del Regimiento participa en las operaciones de castigo realizadas en la zona del Rif. En Melilla, el Escuadrón avanza con decisión bajo el fuego enemigo para proteger la retirada de las fuerzas en el famoso combate del Monte Gurugú (1909); rechaza[Photo] al enemigo en Hidum, sostiene el fuego pie a tierra en Taxdirt, toma de la Alcazaba de Zeluán donde llegan los primeros, combate de Beni-Bu-Ifrur, Nador y Ulad-Setud regresando a la Península en 1910. En 1912 el Regimiento al completo se traslada a la zona de guerra tomando parte durante ese año en numerosas acciones, entre otras, la ocupación de los montes de Sammar y Tumiat y toma de Hadda Al-Lal u Kaddur, prestando grandes servicios de seguridad, vigilancia y protección y regresando a la Península el 27 de Enero de 1913 guarneciendo Aranjuez antes de pasar a Granada el 7 de Marzo del mismo año.Permanece el Regimiento de guarnición en Granada hasta 1921 y en agosto de este año marcha a África con la fuerza expedicionaria destacando los jinetes del Lusitania por su bravura y destreza durante el avance hacia Tahuima y los pozos de Aograzen durante el que tuvieron que repeler sucesivos ataques de numerosas tropas enemigas continuando la realización de numerosas misiones de protección y vigilancia hasta su regreso a la Península en 1923 continuando de guarnición en Granada.En 1.931 se fusiona con el Rgto. Victoria Eugenia creándose en Valencia el Regimiento de Cazadores de Caballería n0 7, que posteriormente, en 1935 tomará la denominación de Cazadores de Lusitania n0 7 cambiando en 1.936 el n0 7 por el n0 8.

HIMNO DEL REGIMIENTO "LUSITANIA" 8

Regimiento de Lusitania: su lema es el valor,su fuerza está en su estandarte, su divisa fue siempre el honor.En Madonna del Olmo, Portugal, Italia, Francia, Orán,grabaron sus gestas de gloria que nos legan sublime historial.Caballería inmortal, sigue su marcha triunfal.Y si cae, ¿Qué importa? si su vida él ya la diocon un beso a la Patria cuando ante Dios se lo juró.Cuando su enseña de muerte ven al viento ondear,están seguros que la victoria con ella van a lograr.Avanza el escuadrón vibrante de ilusión,con su Patrón Santiago el Mayor:¿ Qué buen Patrón para un Cazador !Adelante, bravo jinete; galopa sin cesar.La Patria nos llama a la guerra, Lusitania nio puede faltar.Esforzados y valerosos, corramos a luchar,la vida se vive con honra y el honor no se puede empañar.Caballería inmortal, sigue su marcha triunfal.Y si cae, ¿Qué importa? si su vida él ya la diocon un beso a la Patria cuando ante Dios se lo juró.Gloria al Cazador español.

lunes, 11 de mayo de 2009

RAMIX 91

La historia militar de España en sus últimos cinco siglos es en buena medida la de los Regimientos de sus Ejercitos. En ellos esta escrito no poco de nuestra Gran Historia.




REGIMIENTO MIXTO DE ARTILLERIA Nº 91

Recibe la herencia de la Compañía de Artilleros de la Universidad, creada en 1529, y de la Compañía de Artilleros del Rey, organizada en 1576. En 1715, son sustituidas por un destacamento del 1º Batallón de Artillería Real que, junto con la Compañía Provincial levantada por el italiano Ferrari en 1734, fue el núcleo que origina, en 1750, la Compañía Provisional de Artillería de Mallorca. Se integra desde 1762, en el departamento de Barcelona del Real Cuerpo, y sirve de base para la creación en 1808 de la Compañía fija de Mallorca, que en 1806 se convierte en Brigada Fija.

Desde su transformación como Batallón Fijo en 1857 sufre varias reorganizaciones pasando a ser Comandancia de Playa en 1904, Regimiento Mixto en 1924, y Grupo Mixto en 1931. En 1939 se desdobla en dos Regimientos: el 5 y el 35, que poco después cambiaría su numero por 23.

En 1957 toma el nombre de Regimiento de Artillería nº 1, y en 1965 se integran con el otras Unidades de Artillería para formar el Regimiento Mixto nº 91.

Dedicado a la defensa de Mallorca, envía destacamentos a las Campañas de Italia entre 1717 y 1748 y a la península durante la Guerra de Independencia. Participa en la Primera y Segunda guerras Carlistas en los frentes de Cataluña y Levante, y en la Guerra de África de 1859-60

Durante la Campaña de Marruecos de 1921 a 1926 refuerza la Artillería de los Ejercitos de Operaciones de África.

En la Guerra Civil de 1936/39 actúa contra el desembarco republicano en Porto Cristo, y varias de sus Baterías de Campaña combaten en el frente de Aragon.

Así, y en virtud de todo lo relatado, es el RAMIX 91 para la Artillería, la Unidad más antigua y, a la sazón, con más raigambre de España.
Su futuro pasa por la transformación a UAAA y su posterior integración en el RAAA 81.

El 1 de enero de 2010 desaparecera el regimiento de Artilleria mas antiguo de España despues de  casi 500 años de historia.

sábado, 2 de mayo de 2009

Leccion del 2 de Mayo

Le he dado vueltas al asunto. Quería relatar los hechos del 2 de mayo. Documentación tengo para hacerlo, incluso algún artículo y conferencia terminada. Pero no, quería algo especial. Al final me he decantado por transcribirles la Lección del 2 de mayo dada por un gran Capitán, que a fecha de hoy, creo que encierra valores que debemos defender y no perder, siendo una de las mejores a las que he asistido, o al menos así lo pienso yo.

Excelentísimas e Ilustrísimas autoridades, señores Oficiales, Suboficiales y Tropa, señoras y señores; españoles todos y artilleros la mayor parte de cuantos me escuchan.
Un año más, fieles a la tradición, un regimiento de Artillero procede a honrar la memoria de los Capitanes de éste Arma D. Luis Daoiz y D. Pedro Velarde.

Acabamos de escuchar el Real Decreto de la Regencia de 7 de julio de 1812 que ordenó la realización de esta sencilla ceremonia anual ante los cadetes del Real Colegio de Artillería en homenaje a los dos héroes y que, con el paso de los años, se ha convertido en una solemne tradición de la Artillería española que lo organiza en todos sus regimientos.

Mas, con el paso del tiempo, ¿qué queda en nuestra memoria colectiva de la gesta de aquellos dos insignes artilleros?¿Que tiene de especial mérito su actuación que hace pervivir su ejemplo, mas allá de su contexto histórico, trascendiendo sus figuras a la categoría de héroes nacionales?¿Po que fueron en su mayoría artilleros, los escasos militares que aquella mañana de lunes, se unieron al pueblo de Madrid en su alzamiento contra el invasor extranjero?
Desde que el Conde de Gazola procediese a la solemne apertura del Real Colegio de Artillería, el 16 de mayo de 1764, iniciándose la moderna organización del Cuerpo, hasta 1808 aun no había transcurrido medio siglo. Sin embargo, en tan corto espacio de tiempo se habían modelado a la mayor perfección todas las virtudes que deben adornar al soldado modelo. De sus aulas y disciplinas brotaban ya de modo continuo generaciones de artilleros que dejaron a la posterioridad nombre ilustres tanto por sus estudios científicos como por su eterna veneración y entrega a la Patria.

Todos los antecedentes nos muestran a qué altura se hallaba el Real Cuerpo de Artillería de España, cuál era su valor técnico, su valor militar, y sobre todo, cuál era su valor moral de conducta y el concepto del que era merecedor ante el conjunto de la nación en vísperas de los terribles sucesos del 2 de mayo.

Cabe a nuestros antecesores artilleros la gloria de haber sido los que primeramente iniciaron y propusieron un plan completo para promover un levantamiento general en toda España contra las tropas francesas. Era autor principal y depositario del proyecto D. Pedro Velarde y Santiyan, Capitán Secretario de la Junta Superior Facultativa del Cuerpo de Artillería, quien secundado activamente por su compañero y amigo D. Luis Daoiz y Torres, encargado de comprometer al mayor número de oficiales y de la disciplina en la ejecución del proyecto, habían conseguido extender la confabulación a distintos puntos de la Península.


Sin embargo, cuando a pesar de estar vigilados, intervenidos o secuestrados por los imperiales todos los recursos militares de la nación, se consiguió comunicar a los departamentos las instrucciones necesarias para poder llevar a término tan noble y generosa empresa; cuando estaba ya adoptado todo el sistema de guerra, que se había de plantear y proseguir sin interrupción hasta expulsar completamente al enemigo de la Península, los escrúpulos de la disciplina asaltaron a Velarde.

¿Cómo llegar a su ejecución enteramente a espaldas del Poder constituido, cayendo en la insubordinación? Aunque aquel puñado de espíritus audaces, por medio de la ejecución de sus detallados planes, lograsen hacer secundar sus ordenes a todas las provincias, ¿cómo asumir ellos mismos la inmensa responsabilidad de dividir de nuevo a la Nación e introducir en todo el Reino un principio de anarquía, mil veces más peligroso que la misma guerra con el extranjero que se trataba de provocar?

Estos juiciosos escrúpulos hicieron fracasar todo el complot. Sin consultar a nadie su determinación, Velarde fue a presentarse imprudentemente al ministro de la Guerra, para darle cuenta del proyecto y pudiese así el Gobierno tomar la dirección de los sucesos.
Sorprendido el Ministro, felicitó al autor del plan, ofreciéndole su cooperación secreta, pero decidida, para realizarlo; mas desde aquel momento se notaron más precauciones por parte de los franceses, y se alejó a los Oficiales de Artillería de los destinos en que podían ser más temibles.

Daoiz, al conocer los pasos de Velarde, que este mismo le refería, no profirió ni una frase de censura, pero palideció y, sin reconvenirle, reposadamente le dijo: “Todo está perdido; pero tú y yo sacrificaremos la vida por la Patria”; y estrechó su mano.

Tal era el estado del asunto y el ánimo de nuestros héroes, cuando se desencadenaron los memorables sucesos del 2 de mayo.
Cuando estalló la revuelta del pueblo de Madrid, para intentar impedir la salida hacia Francia de los últimos representantes de la familia real, una gran muchedumbre se agolpó a las puertas del Parque de Artillería de Monteleón.

El primer oficial del Cuerpo que se presentó en el Parque pudo evitar, con sus reflexiones, que el destacamento francés, acantonado en el edificio desde que se descubrió el complot, rompiese el fuego sobre el grupo de paisanos que había en la puerta.

Presentose luego el Capitán D. Luis Daoiz, seguido al poco rato por el de igual clase D. Pedro Velarde y otros oficiales del Cuerpo y una Compañía de Voluntarios del Estado, cuyo Jefe, cediendo a las excitaciones de Velarde, le siguió con la fuerza que mandaba.
Indeciso Daoiz, jefe del puesto como más antiguo, y agitado su ánimo por tan encontrados sentimientos como debían producirle: por una parte la orden recibida de no formar causa común con el pueblo, y por otra su patriotismo, que le impulsaba a la lucha. Paseabase pensativo por el patio, profundamente emocionado cuando de pronto, aumentando el clamoreo del pueblo, que no cesaba de pedir armas, vitoreando al rey y a la Artillería, yerguese decidido, rompe en menudos pedazos la orden, desenvaina su espada y manda franquear la puerta a los paisanos gritando a sus artilleros: “¡Las armas al pueblo!¿No son nuestros hermanos?”. Estos se repartieron en un momento todas las armas disponibles, mientras Velarde hizo rendir las suyas al destacamento francés, que atónito ante aquel espectáculo no opone resistencia alguna. Organízase en breves instantes la defensa con los pocos paisanos, un centenar escaso que Velarde pudo retener en el Parque, y los 16 Artilleros de servicios. La Compañía de Voluntarios del Estado quedó custodiando a los prisioneros franceses, pues no quiso su Capitán infringir la orden terminante que tenia de su Coronel de no unirse al populacho.

Aproximaronse confiadas las tropas francesas, sin precaución alguna, y permaneciendo la puerta cerrada. Se disponían los gastadores enemigos a forzarla con sus útiles, cuando a la voz de ¡fuego! De Daoiz hicieron una descarga los cañones colocados en el patio, mientras desde los balcones y ventanas disparaban sus fusiles los paisanos apostados en las casas inmediatas, ante cuya inesperada agresión, que les causó muchas bajas, huyeron en desorden los imperiales. Sin pérdida de tiempo dispuso Daoiz abrir la destrozada puerta y sacar tres cañones.
Más precavidos ya los franceses, emplazaron dos piezas de artillería y empezaron a cañonear a los nuestros, preparando el ataque de una fuerte columna que marchaba a paso de carga, sin que pudiese contenerlos el nutrido fuego que se les hacia entablándose rudo combate. El Teniente de Granaderos D. Jacinto Ruiz, no pudo permanecer por más tiempo impasible, y a pesar de las órdenes de su Capitán, voló a compartir con los artilleros la gloria de haber sido de los primeros que derramaron su sangre generosa por la independencia de la Patria. Los últimos disparos, hechos a quemarropa, causaron tal estrago en los agresores, que por segunda vez fueron rechazados.

La tercera acometida fue más ruda y sangrienta. Dos batallones, formados en masa compacta, se lanzaron a la bayoneta, sin disparar un tiro, sobre aquel reducido número de españoles, los cuales, faltos ya de municiones, cargaron los cañones con piedras de chispa, que obrando como metralla, abrieron grandes claros en las apretadas filas francesas; mas no por esto se detienen los enemigos, que llegan hasta los cañones, y se confunden con los ya impotentes artilleros que, no obstante, se defienden personalmente con desesperado valor.
D. Jacinto Ruiz yacía confundido entre los muertos, roto un brazo y herido en el pecho; D. Pedro Velarde había caído muerto de un balazo, y D. Luis Daoiz, rodeado por todas partes, cayó en aquellos momentos acribillado a bayonetazos, lo mismo que los pocos artilleros y paisanos que aun quedaban con vida en las inmediaciones de la puerta.

Tres horas después de haberse roto las hostilidades había terminado toda resistencia, y los franceses se posesionaron tranquilamente del Parque de Monteleon, cuyo arco se conserva todavía en la Plaza del Dos de Mayo de Madrid en el mismo sitio donde se desarrollaron sucesos tan dignos de recordar.


Hasta aquí la mera narración de los hechos que celebramos con la exposición de sus antecedentes pero, ¿qué enseñanzas podemos destacar de la actitud de Daoiz y Velarde que puedan orientar el comportamiento de los artilleros en el Ejercito español actual?

En primer lugar debemos, todos los miembros del Arma de Artillería, mantener aquel espíritu fundacional del Real Colegio. Todos los artilleros, cada uno en su empleo y cometidos específicos, debemos velar por conseguir nuestra máxima capacidad profesional, sin abandonarnos jamás a la falsa comodidad de la molicie y la rutina. Debemos procurar siempre alcanzar las máximas cotas de competencia técnica, sin descuidar por ello, nuestra formación humana y moral base de la vocación militar. Esta formación y pericia exquisitas son las que permitieron a los artilleros de 1808 planear detalladamente el levantamiento contra el ejército napoleónico.
Hemos de mantener siempre ese espíritu de sacrificio, abnegación y entrega que, lejos de permitirnos conformarnos con realizar lo preciso de nuestras obligaciones, nos impulse para aportar siempre algo mas al beneficio de nuestra unidad, de nuestro ejército, en definitiva de nuestra Patria. Esta virtud es la que alentó a los artilleros de entonces acaudillados por Daoiz y Velarde a planear y comprometerse en la salvación de España de las garras de Napoleón antes de que nadie se lo ordenase, persuadidos como estaban de que eso era lo que la Patria necesitaba y el legitimo Poder soberano de la Nación, secuestrado por una potencia extranjera, aprobaría.
Ojala seamos siempre capaces de mantener los fuertes lazos de compañerismo que siempre han caracterizado al Arma. Compañerismo sincero que sabe ayudar y acoger al otro, sea subordinado, superior o igual a uno cuando comete un error o siente una necesidad. Como supo acoger Daoiz a Velarde tras la entrega de sus planes al indigno ministro de la Guerra, sin reprocharle nada aun a sabiendas de lo que su error acarrearía.

Debemos mantener vivo en nuestro corazón ese amor a la Patria hasta las últimas consecuencias que nos permita, llegado el caso, derramar generosamente hasta la última gota de nuestra sangre en su defensa como lo hicieron Daoiz y Velarde.

Excelentísimo sr. Ministro, vais a ser investido dentro de unos instantes con el nombramiento de artillero honorario. Habéis escuchado el Real Decreto de la Regencia de 7 de julio de 1812. Estáis presidiendo este acto y sois testigo de cómo los artilleros honran a sus héroes, cumplimentando generosamente lo que en su mano esta de cuanto determina el citado Decreto. No puedo terminar esta glosa en memoria de Daoiz y Velarde sin hacer votos ante vuestra persona, creo que haciendo mía la opinión de cuantos lucen el glorioso emblema de la artillería española (entre los cuales desde hoy os encontráis, aunque sea de modo honorifico), para que puedan darse las condiciones que hagan posible restituir a los Capitanes de Artillería D. Luis Daoiz y Torres y D. Pedro Velarde y Santiyan, al puesto en que desde entonces figuraron en cabeza de los de su mismo empleo en el escalafón.

Por último pidamos a nuestra patrona Santa Bárbara que conservemos siempre los artilleros ese alto concepto del honor y tengamos rectamente formadas nuestras conciencias para que, Dios no lo permita, pero puestos en situaciones similares a las de nuestros héroes hoy recordados sepamos actuar de la misma manera.

Unamos nuestras voces a las del clamor de los españoles representados por el pueblo de Madrid de 1808 en las puertas de Monteleon y gritemos juntos:

¡Viva España!
¡Viva el rey!
¡Viva la Artillería!