Artilleros, Artilleros, marchemos siempre unidos siempre unidos de la Patria, de la Patria, de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer. Y al oír, y al oír, y al oír del cañón el estampido, el estampido nos haga su sonido enardecer. España que nos mira siempre amante recuerda nuestra Historia Militar, Militar, que su nombre siempre suena más radiante a quien supo ponerla en un altar. Su recuerdo que conmueve con terneza, dice Patria, dice Gloria, dice Amor, y evocando su mágica grandeza, morir sabremos, por salvar su honor. Tremolemos muy alto el Estandarte, sus colores en la cumbre brillarán, y al pensar que con él está la muerte, nuestras almas con más ansia latirán. Como la madre que al niño le canta la canción de cuna que le dormirá, al arrullo de una oración santa en la tumba nuestra, flores crecerán. Marcharemos unidos, marcharemos dichosos seguros, contentos de nuestro valor, y cuando luchando a morir lleguemos, antes que rendidos, muertos con honor. Y alegres cantando el Himno glorioso de aquellos que ostentan noble cicatriz, terminemos siempre nuestro canto honroso con un viva Velarde y un viva Daoiz. Artilleros, Artilleros, marchemos siempre unidos siempre unidos de la Patria, de la Patria, de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer. Y al oír, y al oír, y al oír del cañón el estampido, el estampido nos haga su sonido enardecer. Orgullosos al pensar en las hazañas realizadas con honor por nuestra grey, gritemos con el alma un viva España y sienta el corazón un ¡viva el Rey!

viernes, 28 de noviembre de 2008

Con fortaleza, lealtad y valor

Las FAS pierden la mas antigua Unidad de Transmisiones, la que sirvió de "fax" en el Sitio del Santuario de Santa Maria de la Cabeza, condecorada con la Medalla Militar.

El Ejército jubila a sus palomas
ISABEL IBÁÑEZ
ABC 29/03/2008


Un sencillo y corto acto sólo para militares acabó ayer de golpe y porrazo con siglo y medio de historia. Fue en Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde tiene su base el Regimiento de Transmisiones 22. Un coronel del Ejército pronunció las palabras de despedida, agradeciendo el servicio prestado y recordando que las nuevas tecnologías están invadiendo el mercado. Las palomas ya no son lo que eran. Los cinco integrantes de la ya desaparecida Sección Colombófila del Ejército de Tierra soltaron las 300 aves mensajeras que entrenan y miman, alguno de ellos desde hace once años, y éstas, obedientes y disciplinadas como un soldado más, volaron juntas a casa, al palomar militar de El Pardo. La última misión. Hoy serán entregadas definitivamente a la Federación Española de esta disciplina.

«El Correo» adelantó en exclusiva el pasado diciembre esta noticia, que finalmente se ha hecho realidad. El Ejército, inmerso en un proceso de remodelación, tiene palomas mensajeras desde 1879, cuando creó su primer palomar en Guadalajara. En 1920 se trasladó a su sede actual de El Pardo, en Madrid. De éste dependían otros secundarios diseminados por todo el país que han ido desapareciendo paulatinamente, hasta hace un par de años, cuando cerró el penúltimo que quedaba, el de Sevilla.
Alguien podría pensar que es mal augurio esto de que el Ejército jubile a sus palomas. O a los superiores no le gustan las plumas o corren malos tiempos para el romanticismo. Los responsables de la Sección Colombófila, que ya esperan nuevo destino, reconocían en aquel artículo de hace tres meses su pena por la clausura. Decían no entender que el Ejército no tenga hueco para cinco militares y 300 pájaros. Porque están convencidos de que, en caso de destrucción de las comunicaciones, la única manera de enviar mensajes sería en las patas de esos animales. Además, destacaban la labor de «captación» que realizaban en muchos colegios, donde los niños veían así una cara amable del Ejército, alejada de tanques y bombas.

Ayer no hubo declaraciones. Y no habrá más palomas condecoradas, como la 46.415 que reposa disecada en el Museo del Ejército. Corría 1937, en plena Guerra Civil. 200 guardias civiles sublevados estaban sitiados en el Santuario de la Virgen de la Cabeza, en Jaén, junto a 1.200 personas. Aguantaron 256 días el asedio de los republicanos gracias a las palomas que les conectaban con el Gobierno Militar de Córdoba y suministraban información sobre cómo hacerles llegar alimentos. La 46.415 fue herida de bala y cayó. Arrastrándose llegó a su destino, entregó el mensaje y murió. Si hoy levantara la cabeza...


BREVE RESEÑA HISTÓRICA

A finales del XIX es cuando surge la inquietud de legislar, organizar y mantener este Servicio para alcanzar su óptima rentabilidad.

-1873 Jornadas organizadas por el Ateneo del Ejército y la Armada, primera declaración de intenciones de aplicar las palomas mensajeras al Arte de la Guerra.
-17 - enero - 1879. Real Decreto establece el primer palomar militar en Guadalajara ( 2º RGTO. De Zapadores - Minadores). Finalidad: experimentar con palomas de raza belga la viabilidad de organizar un servicio de colombofilia militar.
-1884 Mensajeras son adscritas al Batallón de Telégrafos. Nacimiento del Servicio de Aerostación. Ambos se independizan en 1896. Finalidad crear raza autóctona más adaptada a nuestro país. Paralelamente aparecen primeras Sociedades Colombófilas "Colombófila de Cataluña" y la "Paloma Mensajera de Valencia". 1er Boletín Colombófilo en 1891.
-1886 Primer reglamento para el servicio de los palomares militares (a cargo del cuerpo de ingenieros militares) red debía componerse de 18 palomares.
-1894 (7 de febrero) se crea la Real Federación Española. Primer presidente el Comandante de Ingenieros D. Pedro Vives y Vich, pionero de la aviación española.
-1899 Nueva reorganización del Servicio y nuevo Reglamento arranque de la colombofilia militar moderna. Se comienzan a contemplar relaciones entre palomares civiles y militares, y la jurisdicción que sobre todos debía desarrollar el Palomar Central (todavía en Guadalajara).
-1920 Se organiza el RGTO. TRANSMISIONES PRIMER RGTO. DE TELÉGRAFOS. Traslado del Palomar Militar Central.
-21 de julio de 1923 D.O. nº 160 "Reglamento para el Servicio de Comunicaciones por Palomas Mensajeras".
-Guerra Civil: 8 meses de asedio y resistencia del Santuario Santa María de la Cabeza en Jaén.


martes, 25 de noviembre de 2008

Santa Barbara

El 4 de diciembre celebramos los artilleros nuestra patrona, Santa Barbara. Aprovecho para desempolvar de mi archivo unos apuntes sobre la Santa que en su momento sirvieron para confeccionar parte de un trabajo.

ANTECEDENTES
Tenemos que retroceder a 1522 para obtener el primer documento donde se tiene prueba escrita de haberse celebrado la fiesta de Santa Bárbara por los artilleros en toda España. Dicho documento es el llamado “recibo de la pólvora” relativo al Castillo de Burgos. En el podemos leer:” Vos Ximenez Denciso, tenedor de los bastimentos del dicho castillo por S.M. distes por mi mandado al Capitán Terramonda, el día de Santa Barbará para tirar la fiesta de los artilleros ques aquel día su fiesta, dos barriles de pólvora para tirar ciertos tiros de los gruesos y los morteros aquel día que pesarían diez arrobas, la cual pólvora está a cargo del Mayordomo de la artillería Francisco Xerez, y porques verdad que lo dio dicho día, a cuatro de diciembre de mil quinientos veinte y dos y porques verdad lo firme de mi nombre.-Don Juan de Acuña.

Recientes revisiones sobre este tema, apuntan a unas anotaciones en las relaciones efectuadas por Antonio Pigafetta, cuando se realizó la expedición de Magallanes alrededor del mundo: “El 4 de diciembre de 1521, fiesta de Santa Bárbara, para festejarle y en honor del Rey que había regresado, hicimos una descarga cerrada de artillería, y por la noche quemamos fuegos artificiales”.

D. Luis Collado en su obra “Platica Manuale de Artigleria” en la tercera edición del año 1606 titula un capitulo: “De la Compañía y congregación de los artilleros bajo la devoción de la gloriosa Santa Bárbara”. En dicha obra se relata lo siguiente: “Porque las oraciones e intercesión de los Santos fueron siempre de mucha eficacia para con N. S. Jesucristo, ha habido siempre entre los artilleros antiguos y modernos particular devoción a la gloriosa mártir Santa Bárbara, en cuya conmemoración siempre solemniza su festividad y se celebran los Oficios Divinos con particular devoción, lo cual se considera en todos los reinos de la Corona de España como inolvidable costumbre.”

Don Ramón de Salas en su Memorial Histórico de la Artillería Española (1831) dice: “Desde que principió el uso de la artillería empezó la devoción de los artilleros españoles a esta Santa y la tuvieron desde luego por patrona y abogada. Es fácil inferir el porqué la eligieron y es que estando ya reconocida por abogada de los rayos y centellas y siendo este fenómeno de la naturaleza el más parecido a los cañonazos y el más temible en los almacenes de pólvora, buscaron el patrocinio que podía salvarles. En lo antiguo acostumbraban al cargar los cañones, hacer en la boca con la misma bala una cruz e invocar el nombre de Santa Bárbara.”

Don Arturo Oliver Copons en sus Noticias Históricas acerca de la devoción de los artilleros españoles a santa Bárbara (1884) leemos lo siguiente: “A la guerra de Granada concurrieron muchos extranjeros como artilleros o fundidores, y en el libro de repartimientos de Málaga figuran algunos alemanes y franceses, los cuales pudieron traer esta devoción. La rendición de Baza se verificó el 4 de diciembre de 1489, día de Santa Bárbara y por esta circunstancia eligió dicha ciudad como patrona a la Santa. Inmediatamente se establecieron por los reyes Católicos fundición, maestranza y deposito de artillería, que se trasladaron a Málaga después de la conquista de Granada”.

El tratadista D. Adolfo Carrasco, en un artículo en el memorial de artillería sobre el origen del patronazgo en los Países Bajos, afirma que la devoción comenzó por San Sebastián en 1328, en 1477 se extendió por Bruselas por los ballesteros y a finales del siglo XV a todos los Países Bajos.

VIDA Y MARTIRIO DE SANTA BARBARA

Año 236 dC, reinaba en Constantinopla Maximino I, en Nicomedia, a orillas del mar de Mármara, vivía una muchacha de extraordinaria belleza e inteligencia llamada Bárbara. Su padre se llamaba Dióscoros. Éste era un rico señor pagano que al salir en una expedición contra los cristianos, encerró a Bárbara en una torre de su palacio fortaleza, a pesar de lo cual ella encontró la manera de poder relacionarse con un sabio sacerdote llamado Valentiniano. Gracias a éste sacerdote profesa el cristianismo, siendo bautizada a la edad de 16 años. Al abrazar su nueva fe, se deshizo de todos los símbolos paganos que tenía en la torre, trazando el signo de la cruz sobre una de las columnas y mandando abrir una tercera ventana en la torre en recuerdo del misterio de la Santísima Trinidad.

Al llegar su padre, éste montó en cólera al ver que su hija abjuraba del paganismo y abrazaba la Fe en Cristo. En vista que no se quería desposar con un joven pagano y que Bárbara seguía aferrada a la religión cristiana, su padre la entregó al Pretor Marciano para que le fuese aplicada la ley referente a la persecución contra los cristianos. Fue sometida por el Pretor a terribles tormentos durante tres días, manteniéndose firme en su Fe entre tanto sufrimiento. En su tormento fue sometida a golpes de mazo en la cabeza, fue azotada, sus carnes fueron desgarradas con garfios, antorchas encendidas quemaron los costados de su cuerpo, le amputaron los pechos siendo arrastrada desnuda por las calles.

Fue condenada a la decapitación, ejecutada por su propio padre. Una vez consumado el suplicio, se desencadenó una violenta tormenta, alcanzándole un rayo que lo redujo a cenizas.

La piedad de los cristianos recogió su Sagrado cuerpo y Valentiano, después de rendirle honores fúnebres, dio sepultura a sus restos en un lugar retirado cerca de Euchaita

MILAGROS DE LA SANTA

De entre los milagros que se le imputan, nos referiremos a uno a modo de ejemplo.

Como consecuencia de la destrucción del Imperio Bizantino, en la segunda mitad del siglo XIII, la emperatriz Constanza desembarcó en Valencia para pedir protección a su pariente el Rey D. Jaime I de Aragón. Dicha emperatriz sufría además del terrible mal de la lepra. Una noche se le apareció la Santa (Doña Constanza era devota de Santa Bárbara) mandándole buscar una imagen suya que estaba escondida en la ciudad. Una vez encontrada debía mojarla en tres tinas de agua, en memoria de la Santísima Trinidad, bañándose después ella misma. Haciéndolo con Fe recobraría la salud.

Se hizo todo lo posible por encontrar la imagen, pero era imposible. Un día el mayordomo de la emperatriz observó que su caballo golpeaba el suelo delante de la iglesia de San Juan del Hospital. Se cavó y apareció un lienzo con la imagen de Santa Bárbara; una vez hecho todo lo que se le había indicado, Doña Constanza recobró la salud. En reconocimiento mandó edificar una capilla. En 1307 fue enterrada en esta iglesia la Emperatriz Constanza de Grecia. Por su devoción a Santa Bárbara, en el siglo XVII, con autorización del rey Carlos II, la Real Cofradía de Santa Bárbara trasladó los restos mortales de la Emperatriz, desde su primer enterramiento en la capilla lateral del presbiterio, a la nueva capilla barroca entonces construida bajo la advocación de esa virgen y mártir y dedicada a la reserva del Santísimo Sacramento.

ATRIBUTOS DE SANTA BÁRBARA

El atributo por antonomasia de la Santa es la torre, lugar donde sufrió encierro y tormento.

Otro motivo es la espada, recuerdo de su martirio (la degollación).


La palma. Tiene dos significados. Por un lado simboliza a la Santa dedicada al estudio y por otro lado puede ser de avestruz simbolizando la esposa de Cristo.

La corona. Atribuida a su ascendencia real de su madre. También Corona de mártir con una hostia (por ser garante de buena muerte).

El rayo. Abogada de las tormentas.

El Cáliz y el Santísimo. Exaltación de la Eucaristía. También como auxiliadora de los últimos sacramentos.

ASOCIACION DE SEÑORAS DE SANTA BARBARA

Esta asociación agrupa a familiares del arma con fines benéficos y para rendir culto a la Santa, así como el recuerdo de los difuntos mediante actos religiosos. Son herederas directas del espíritu de las cofradías y hermandades de siglos pasados.

La comisión que, como cada año, se formó en 1891 para organizar la función de Santa Bárbara en Madrid, inició la idea de establecer una asociación religiosa con el titulo de Santa Bárbara de los Artilleros, que viniera a resucitar como se ha comentado a las antiguas cofradías, que bajo la advocación de la Santa tuvieron los que servían en el arma.

Se constituyo solemnemente la Asociación en Madrid el 30 de junio de 1894, organizándose filiales en todas las poblaciones donde existía Unidades de Artillería.

Sirva de ejemplo como amparó la Asociación con su nombre, reparto de socorros y recaudación a las familias de jefes y oficiales que estuvieron implicados en las disoluciones de 1926 y 1929.

lunes, 24 de noviembre de 2008

La Forestal. II Parte

LA FORESTAL. II PARTE


LAS BROMAS

A pesar del duro trabajo campamentario, todo el mundo mantenía el buen humor y las ganas de broma. Recordemos como ejemplo dos bromas colectivas que en general se acogían bien por todos.

En la segunda o tercera noche de campamento, después del toque de silencio, aparecía en la zona de los malditos un teniente enfurecido amenazando con sacar fuera, a hacer instrucción a todas las tiendas donde se oyese hablar. Sucesivamente, con grandes voces, el iracundo teniente iba sacando tiendas hasta que al final estaba casi todo el mundo fuera haciendo instrucción. Al final, el teniente dejaba a todos en posición de firmes y desaparecía. Se trataba de un sargento, uno de los pocos que no procedía de la Escuela de Madrid y por tanto no conocido, que con un gorro de teniente y la presumible complicidad de algún superior, organizaba todo el tinglado. Poco a poco, los malditos se cansaban de estar firmes y sospechando la broma se iban cabizbajos a su petate.

Otra buena broma era la del cambio de cabezales. Una noche, después de las lecturas de retreta, un sargento leía que al día siguiente, después de la cena, se procedería al cambio de cabezales previo pago de equis pesetas. Todos los “malditos” se ponían muy contentos porque este cambio tenía lugar cuando, pasadas algunas semanas, los cabezales estaban ya sucios. Al día siguiente la gente cenaba rápidamente para ser los primeros en hacer el cambio, formándose una larga cola. Los sargentos encargados de la operación cogían el dinero y entregaban el mismo cabezal dándole la vuelta para que se viese el lado más limpio. Con del dinero recaudado y las consiguientes risas, el primer día de cine, se compraban botellas de fino para todos.

LOS CAMALEONES

Muchas veces, cuando estábamos tumbados bajo los pinos, observábamos como las ramas se balanceaban con la brisa; entonces de vez en cuando, localizábamos un camaleón. Realmente era fácil que el camaleón pasase desapercibido ya que este reptil toma el color de lo que tiene alrededor, pero en aquellos años era muy abundante su número en los campos de Rota y se veían con frecuencia. Estáticos, sin apenas moverse, era curioso verles cazar cualquier bichejo proyectando su lengua hacia la presa a velocidad de rayo.

La población de camaleones en Rota era entonces, como ahora, muy importante, si bien en estos momentos, disminuido su número, es una especie protegida.

¡GENERALA!

Cuando el silencio de la noche se rompía con un insistente toque de trompeta, todo el campamento se despertaba y se ponía en pie. Las tiendas se convertían en auténticas cocteleras, ya que en un tiempo récord había que vestirse, ponerse las botas y correaje, coger el mosquetón o cetme y formar en la explanada de entrada.

Como todos salíamos medio dormidos, de vez en cuando había algún compañero que corriendo a toda velocidad se daba de bruces contra un pino.

A continuación se hacía un recuento y salíamos todos campo a través, caminando varios kilómetros hasta que los superiores ordenaban el regreso.

DIEZ KILOMETROS EN UNA HORA

A los pocos días de estar en el campamento, habíamos eliminado la mayor parte de las grasas superfluas. Más delgados y sin parar de movernos todo el día, estábamos en mucha mejor forma física que al llegar a Rota.

Entre las pruebas que debíamos superar estaban la escalada de muros y saltos de fosos, recorrer con correaje y armamento unos 25 m. Colgados de una maromas y sobre todo la prueba “reina”, correr 10 km. en menos de una hora.

La salida se hacia por tiendas, esperando 3 minutos para dar la salida a la tienda siguiente. Aunque había cierta vigilancia, nos organizábamos para que, sin ser vistos, los más veloces remolcasen a los que tenían dificultades, empujándoles entre dos con el cinturón del mono. Mirando el reloj, tomando algo de azúcar de vez en cuando y una vez agrupados los catorce de la tienda, hacíamos todos juntos la entrada en meta.

Cuando se realizaba esta prueba, el resto del día era jornada de descanso, con lo cual lo primero que hacíamos era ir al Gorrión, beber para compensar el líquido perdido, tomar un buen desayuno y marchar, cada uno con su colchoneta a dormir bajo los pinos. Después disfrutábamos de un largo baño en la playa hasta la hora de fagina.

EL TREN DE ROTA

Queremos recordar también aquel tren de vapor, pintoresco, fuera de época, que cubría la línea entre el Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda, y que paraba en la estación de Rota.

Sin pasillo interior, los pasajeros debían acceder directamente a su departamento, subiendo por un estribo corrido. En las cuestas aflojaba la marcha y aumentaba los resoplidos y en alguna de ellas los pasajeros debían bajarse para que el tren pudiese superar los metros más difíciles.


LA JURA DE BANDERA

Dividía en dos nuestra estancia en el campamento y por ser el momento más importante de nuestra vida militar, se nos concedía un permiso de tres días, que nos permitía viajar a casa, estar con la novia, familia y amigos u tomar fuerzas para la etapa final del campamento.

Muchas familias acudían al acto y se les permitía visitar las tiendas. A pesar de que habíamos limpiado y recogido la tienda como nunca, a muchas madres les llamaba la atención el “olor a tigre” que nosotros, ya acostumbrados, no éramos capaces de percibir.

Otra buena celebración de la Jura de Bandera era la “amnistía” que se concedía a todos los castigados.

LA DESPEDIDA

Tres o cuatro días antes de finalizar el campamento, ya se conocían los resultados finales, es decir los “malditos” que repetían campamento, que no pasaban de tres o cuatro, y los sargentos que no conseguían la estrella de alférez, asimismo muy pocos. Estos “pobres” abandonaban el campamento antes que el resto.

Cuando ya no había clases ni instrucción, el ambiente era de relajo total aunque los capitanes inventaban temas para entretenernos.

Los últimos momentos en el campamento eran de intensa alegría por volver a casa, aunque impregnados de cierto sentimiento por la intensidad con la que habíamos vivido aquellos tres meses.

La Forestal. I Parte

Por cortesia de mi amigo Joaquin (gran Artillero), trasladamos a estas paginas un magnifico articulo refente a un lugar emblematico, el Campamento de La Forestal en Rota, donde se formaron todas las generaciones de artilleros de Costa de la IPS hasta 1972 en que se creó la IMEC y se fueron al Castillo de San Sebastian en Cadiz.

Durante más de veinticinco años, desde 1945 hasta comienzos de la década de los setenta, el campamento de La Forestal en Rota (Cádiz) fue el lugar de formación militar, dedicado casi en exclusiva a los estudiantes de nuestra escuela (ETSII) de Madrid.

Para todos los compañeros que por allí pasaron y también para los que han escuchado sus relatos, queremos evocar hoy lo que fue “nuestro” campamento.

Artículo firmado por Pedro Pérez Buendía y publicado en el boletín del Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid. Imagenes procedentes del articulo Elogio y glosa de la Oficialidad de Complemento en su 90º aniversario fundacional (1918-2008) de D. Francisco Ángel Cañete Páez. Profesor Mercantil, Economista y Comandante de Infantería y tambien de la pagina de UNAMU.



LA FORESTAL. I PARTE
EL CAMPAMENTO
El campamento, adscrito a Artillería de Costa, estaba encuadrado en la I.P.S. o Milicias Universitarias. Su emplazamiento, dentro de un hermoso pinar de más de cuatro hectáreas contiguo a la playa y poco distante de la villa de Rota.

En el campamento se distribuían dos únicas baterías de alumnos (unos cien hombres cada una), la de los de primer curso a los que llamábamos “malditos” y la de segundo curso o de los sargentos, aunque todos recibíamos además el pomposo nombre oficial de “Caballeros Aspirantes a Alféreces de Complemento”.

Los “alumnos” se alojaban en tiendas de campaña en cada una de las cuales tenían su “habitáculo” catorce compañeros. Existían también unos
          cuantos barracones o edificaciones sencillas donde tenían cabida los diferentes servicios y además, la capilla, cocinas, comedor, cantina y, algo mas lejos, las letrinas.

LOS SUPERIORES
El jefe supremo del campamento fue casi siempre Sánchez Araña, primero como capitán y luego como comandante y teniente coronel. Araña era un hombre delgado, de aspecto enjuto, serio y parco en palabras que había cogido gusto a su puesto y lo ejercía con total empeño. No en vano, gracias a su jefatura y a pesar de su modesta carrera militar, podía relacionarse con las máximas autoridades locales y provinciales, con los altos mandos militares de Cádiz y Sevilla, con los de la Base Naval de Rota y con el General Jefe de la I.P.S..

Bajo sus órdenes pasaron un montón de oficiales, algunos fugazmente y otros asiduos de La Forestal. Citaremos a algunos de ellos.

Quintero; Trujillo, a quien llamábamos afectuosamente “El Trujo”; Cuadrado, delgadito, inteligente y educado que pidió la excedencia en el Ejército para dedicarse a asuntos privados; Frechoso, el gran batallador que años más tarde se salvó por los pelos de un atentado de E.T.A. gracias a la intuición y pericia de su conductor; L’Hotelerie al que nombrábamos agregando “... y de los Grandes Expresos Europeos”; Ramírez, el sempiterno profesor de Ordenanzas militares y Gimnasia, al cual un año se le escapó un “glorioso” desliz “...si Maratón levantase la cabeza”; Aranda; Trigo, etc.

LA JORNADA HABITUAL


A las seis y media de la mañana tocaban diana y a continuación aseo, desayuno (chocolate con leche y panecillo con manteca) gimnasia u orientación (la célebre brújula) y después instrucción en La Almadraba, a un kilómetro del campamento y después de la Jura, en Punta Candor, a unos tres kilómetros.

Durante cerca de tres horas, recibíamos de lleno el denso calor de Andalucía, empapando de sudor nuestros monos mientras obedecíamos las monótonas órdenes de firmes, de frente, media vuelta, descanso y las peores de presenten armas, prepárense para cargar, apunten y sobre todo, paso ligero. A media mañana, teníamos veinte minutos de descanso en los que nos repartían un bocadillo de caballa o similar, mientras hacían su agosto los vendedores de refrescos, siempre al acecho.

Finalizada la instrucción, exhaustos de cansancio y calor, regresábamos al campamento, donde todavía formábamos para el recuento. Acto seguido venía el mejor rato del día: baño en el mar durante veinte o veinticinco minutos y ducha de agua dulce.

Después venía la distribución de correspondencia y a continuación toque de fagina (¡a comer!) con lectura previa de “paquetes” (castigos). Acabada la comida nos dirigíamos todos a dormir la siesta bajo los pinos, en conjunto una media hora, que era suficiente para reparar el duro cansancio matinal.

Enseguida las clases... tres horas bajo los pinos, agrupados en corro alrededor de los capitanes, escuchando las diferentes asignaturas: Tiro, Topografía, Ordenanzas Militares, Táctica, Armamento, etc.

Cuando finalizaban las clases, cayendo ya la tarde, llegaba otro de los momentos gratos, un relax que incluía escritura de cartas, merienda o refresco en la cantina, canciones (siempre se podía escuchar alguna guitarra a la puerta de cualquier tienda), bromas, etc., todo ello interrumpido únicamente por el toque de retreta (resumen de la jornada y lectura de servicios para el día siguiente) y después por la cena.

Finalmente, a las diez y media, toque de silencio. Los catorce de cada tienda, ya acostados, susurrábamos los últimos comentarios del día, hasta que poco a poco nos vencía el sueño.

LAS CLASES
Todas las clases tenían lugar por la tarde. La primera de ellas, recién levantados de nuestra efímera siesta, era una dura pugna por mantener abiertos unos ojos que espontáneamente se cerraban. Las explicaciones de nuestros profesores-capitanes, adormecían aún más, aunque había momentos de excepcional jolgorio, por ejemplo en las clases de topografía donde todos, recién salidos del Porro, sabíamos mucho más que el capitán. Con expresión inocente planteábamos al profesor “complicadas” dudas cuya respuesta conocíamos y que a él le hacían sudar la gota gorda, hasta que finalmente cortaba por lo sano diciendo “¡Bueno, esto es así... lo dice el Reglamento!”.

Los viernes teníamos examen y en las tablillas que nos servían de apoyo, escribíamos sutiles chuletas que luego soplábamos a los compañeros cercanos. También había algunos que con evidente desparpajo copiaban directamente de los apuntes y después esparcían a su alrededor sus recién adquiridos conocimientos. También nos ayudaban de forma importante los alféreces que eran compañeros y a veces amigos de nuestra escuela.

En cualquier caso, los exámenes no eran problema grave para nadie.

LAS PRACTICAS DE TIRO
Las prácticas de tiro del primer campamento si que eran, para muchos, un gran problema. La víspera comenzaba la gente a encomendarse a todos los santos mientras los sargentos les hacían truculentos relatos inventados de accidentes mortales que habían sucedido en otros campamentos.

En realidad había dos peligros ciertos:



1.- Los que al disparar el mosquetón o cetme se les atascaba y no salía la bala. Muchos de ellos se volvían hacia los compañeros o hacia el oficial, con un proyectil que podía salir disparado en cualquier momento.

2.- Los que no sabían tirar piedras. Según nos decían, el 37% de los chicos de ciudad no sabían lanzar lejos una piedra. Este porcentaje debía quedarse corto ya que en efecto, eran muchos los incapaces de situar una pedrada a más de un metro de sus pies. El problema venía cuando en vez de piedras había que lanzar bombas de mano.

En cuanto al tiro con ametralladoras, duraba lo que un suspiro, pero era una auténtica gozada.

Especial mención merecen las prácticas de tiro de cañón en Punta Candor que realizaban los sargentos. Allí estaban emplazados tres cañones operativos del 15,24 con un alcance de 15 a 20 km.

Días antes de la fecha de tiro real se empezaba a hacer instrucción de cañón con varios servidores por pieza, cada uno con un cometido diferente: acarrear el proyectil, introducirlo en la recámara, cerrar el cañón, transmitir la orden de “¡fuego!” y disparar.

Cuando se acercaba la fecha de las prácticas verdaderas se notaba cierta tensión en el ambiente, se redoblaban y repetían los ratos de instrucción y todo giraba en torno a ese acontecimiento.

Al llegar el día fatídico, íbamos a Punta Candor con toda la antelación del mundo. Acudían todos los jefes y oficiales del campamento e incluso militares invitados de Cádiz. Comenzaba a funcionar la dirección de tiro y se apuntaba cinco metros por detrás de una barquichuela remolcada por una motora. La puntería era en general buena, pero alguna vez los disparos acertaban con las barquichuela y había que continuar las prácticas “a ojo”.

Cada disparo suponía un considerable “meneo”, con un estruendo que nos dejaba las piernas temblando, sobre todo a los que tenían que disparar y que estaban materialmente metidos en el cañón.

EL COMEDOR Y LA CANTINA

El comedor, de techo ligero, estaba abierto por tres de sus laterales y contaba con dos filas de nueve largas mesas, en las que comíamos todos.

Junto al comedor estaba la cantina, concesión bajo contrata, que casi todos los años recaía en “El Gorrión”, uno de los personajes más notables del campamento, simpático, gracioso, excepcional recitador del verso andaluz y sobre todo fiel velador por sus propios intereses. A base de bocadillos, ensaladas, cervezas, vinos (el fino de la zona) y palique, íbamos traspasando a sus bolsillos nuestras débiles economías.

 
LOS FINES DE SEMANA

Los fines de semana eran una delicia, vagueando por el campamento, disfrutando de la playa sin tasa de tiempo y atendiendo a las chicas los más ligones y los que seguían libres.

Las muchachitas veraneantes y las residentes en Rota, aceptaban de buen grado a los chicos del campamento   que, además, ellas sabían que estudiaban para Ingeniero Industrial y eran apetecidos botines de “pesca”. De todas formas fueron pocos compañeros, aunque sí algunos, los que encontraron en Rota a su media naranja.

Otro buen número de alumnos prefería visitar las tabernas cercanas al puerto y comer pescadito frito y beber fino. Y antes de regresar al campamento, en la plaza del reloj, en la Ibense, casi todos se tomaban un riquísimo helado o un acreditado vasito de leche merengada.

LAS CANCIONES

En las idas y venidas a La Almadraba y Punta Candor, y en cualquier momento de desfile, cantábamos las canciones consagradas en las Milicias Universitarias, con protagonismo de “Margarita” que era sin discusión la más famosa. Las estrofas finales se adaptaban en cada uno de los campamentos que había en España. En La Forestal salía a relucir la célebre Venta Marival acabando la canción de esta manera:

“... y rápida serás en la contestación, /para que llegue bien / pon esta dirección / pom, pom, pom, pom / porrom pom pom: / Primera (o segunda) Batería / de la Unidad Especial / que está cerca de la Base, / frente a venta Marival.”

Otra de las canciones más cantadas hacía alusión a Venta Marival y decía así en su versión más suave:

“Un “maldito” de primero / que se quiso escaquear /se fue reptando, reptando, / a la Venta Marival./ Y cuando estaba bailando / un capitán le agarró/ y por bailar a destiempo / el “maldito” repitió.

Naturalmente no vamos a repetir aquí todas las canciones campamentarias pero ciertamente todas ellas contribuían a hacer más llevadera nuestra vida en La Forestal.


Fotografias cortesia de D. Javier Villarroya.
Imagenes cortesia de Portal ASASVE. http://www.asasve.es/

La Forestal II Parte

sábado, 15 de noviembre de 2008

Del pasado Honor, del presente orgullo

Del pasado y del presente siempre el honor
Sábado, 15 de noviembre de 2008
Diario de León
HISTORIAS DEL REINO

Se lo reconozco, soy una de esos millones de españoles que lloraron durante el entierro oficial de los soldados de la Brigada Ligera Aerotransportable (Brilat) que perdieron la vida en Afganistán. Compartimos el dolor de las familias y el de sus compañeros, por cuyas mejillas resbalaban silenciosas lágrimas mientras, al fondo, las banderas y estandartes de la unidad se estremecían con el viento. Dos muertos, varios heridos, uno de ellos leonés. Ya son casi noventa los españoles de bien que han perdido la vida en operaciones de mantenimiento de la paz en el extranjero, 88 en concreto. Muchos serán los que cuestionen la necesidad de esta participación, otros los que la critiquen abiertamente y no faltarán quienes consideren al ejército una reliquia prescindible de un pasado a disolver, preñado de chascarrillos de mili que recuerdan la juventud pasada. Otros, en cambio, ni siquiera se interesarán por aquellos que garantizan nuestra seguridad más allá de las estrechas fronteras de la vieja y baqueteada piel de toro. Para quienes tenemos menos de cuarenta años nuestro Ejército es un lugar de encuentro de todos aquellos que quieren defender su patria, que quieren llevar hasta los más desfavorecidos de la tierra los valores de la civilización, un camino de dos mil años, una historia de honor, sacrificio y hombría de bien. Lo conforman un conjunto de hombres y mujeres preparados a defender, incluso con sus vidas, todos los derechos que nuestro país ha conquistado sobre la sangre de nuestros mayores, todas las libertades que nos han llevado a convertirnos en referente de avances sociales, dignos de compartir con otras naciones menos afortunadas. El Ejército español, en misiones de paz o de guerra, ha llevado el nombre de nuestra nación por todos los rincones del Planeta, con el orgullo bien entendido de aquel que cumple con su deber sin importarle a qué precio, hilvanado su presente sobre los principios de la lealtad, el honor, la entrega a España y la salvaguarda de unos principios que nos parecen cotidianos y nos han definido como una democracia modélica. Nuestras fuerzas armadas merecen no ya respeto, que bien lo han ganado con su sacrificio y su sangre, sino admiración.

En Afganistán, por ejemplo, tratan de ayudar a mejorar las condiciones de vida de pobres gentes oprimidas por el salvajismo terrorista de unas bestias que asesinan o ciegan a niñas por el delito de nacer mujeres o querer educarse, que lapidan a víctimas de violaciones, que cercenan miembros a muchachos entre gritos de brutal aprobación, que no aceptan que la libertad de un pueblo supera la sinrazón descerebrada de cuatro analfabetos mal rasurados, que confunden la religión con un arma arrojadiza que manejan a su antojo. Europa sabe bien de guerras de religión y de sus consecuencias para desviar ahora la mirada. Por eso es tan importante la presencia de España.

El emblema de la Brilat, un azor, identifica los valores de la unidad, que comparte nuestro Ejército en todas sus armas: libertad, justicia, nobleza, perseverancia, valor, lealtad. Honremos a nuestros muertos y a nuestros soldados.

Margarita Torres

En recuerdo a los componentes de la BRILAT caídos

LAUREADOS DE LAS UNIDADES ORIGINARIAS DE LA BRILAT.

• Capitán de Artillería destinado en el 3er. Regimiento de Artillería de Montaña D. LUIS FERNÁNDEZ HERCE, por su acción en la Guerra de África en el año 1.909.
• Teniente de Infantería destinado en el Regimiento de Infantería “Príncipe” Núm. 3 D. ALFONSO MARTÍNEZ ALONSO, por los hechos acaecidos en la zona de Cadellada (Oviedo) el día 18 de octubre de 1.936.
• Cabo de Infantería destinado en el Regimiento de Infantería “Príncipe” Núm. 3 D. LUIS NOVAL TORRES, por su comportamiento en la defensa del Campamento de Zoco El-Had, de Benisicar (Melilla) el día 28 de septiembre de 1.909.
• Soldado de Infantería destinado en el Regimiento de Zapadores Núm. 8 D. ANTONIO PONTE ANIDO, por su heroica actuación en Krasny Bor (Rusia) formando parte de la División Española de Voluntarios (Azul). Concedida por Orden de 17 de febrero de 1.944.

Junto a ellos hacen guardia en los luceros:

Teniente Javier González Hernández
Sargento José González Bernardino
Soldado Isaac Calvo Piñeiro
Soldado Pedro Sanmartín Pereira
Soldado Diego González Blanco
Cabo Daniel Abreu Fernández
Soldado Gonzalo Casalderrey
Soldado Pablo Iglesias Sancho
Soldado Diego Prado López
Soldado Jesús Casal Rivera
Soldado José Ángel Martínez Parada
Soldado Iván Vázquez Núñez
Brigada Juan Andrés Suárez García
Cabo Rubén Alonso Ríos

domingo, 9 de noviembre de 2008

IV Encuentro Expohistorica 2008.

Los dias 8 y 9 de noviembre se celebró en el aeroclub de Castellón el IV encuentro de EXPOHISTORICA 2008 de Reconstruccion Historica Militar. Hasta alli nos desplazamos para poder disfrutar de 2 dias de "flash back" historico militar. Pudimos ver a componentes de la 1ª Division de Caballeria aeromovil desplegada en Vietnam, 101 Division Aerotransportada, 17 Regimiento de Infanteria Aleman, nuestros famosos Tercios, Unidades acorazadas alemanas, Unidades de marines en Vietnam, Nacionales y republicanos, paracaidistas alemanes y asi un sin fin de unidades. Tambien pudimos "rebuscar" en la bolsa de militaria (pocos parches pero muy apetecibles y mucho equipo, armamento y uniformidad). Y como no, nos deleitamos con las exhibiciones de reconstruccion historica (sitio de Breda, batalla alemanes/aliados, sovieticos/alemanes etc). Mejor una imagen que 1000 palabras. Aqui va una buena exposicion. Mi agradecimiento a Pablo O. E. por el material grafico.