Artilleros, Artilleros, marchemos siempre unidos siempre unidos de la Patria, de la Patria, de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer. Y al oír, y al oír, y al oír del cañón el estampido, el estampido nos haga su sonido enardecer. España que nos mira siempre amante recuerda nuestra Historia Militar, Militar, que su nombre siempre suena más radiante a quien supo ponerla en un altar. Su recuerdo que conmueve con terneza, dice Patria, dice Gloria, dice Amor, y evocando su mágica grandeza, morir sabremos, por salvar su honor. Tremolemos muy alto el Estandarte, sus colores en la cumbre brillarán, y al pensar que con él está la muerte, nuestras almas con más ansia latirán. Como la madre que al niño le canta la canción de cuna que le dormirá, al arrullo de una oración santa en la tumba nuestra, flores crecerán. Marcharemos unidos, marcharemos dichosos seguros, contentos de nuestro valor, y cuando luchando a morir lleguemos, antes que rendidos, muertos con honor. Y alegres cantando el Himno glorioso de aquellos que ostentan noble cicatriz, terminemos siempre nuestro canto honroso con un viva Velarde y un viva Daoiz. Artilleros, Artilleros, marchemos siempre unidos siempre unidos de la Patria, de la Patria, de la Patria su nombre engrandecer, engrandecer. Y al oír, y al oír, y al oír del cañón el estampido, el estampido nos haga su sonido enardecer. Orgullosos al pensar en las hazañas realizadas con honor por nuestra grey, gritemos con el alma un viva España y sienta el corazón un ¡viva el Rey!

domingo, 24 de febrero de 2008

El cuento de los tres artilleros

Por su interes traigo al blog este cuento cortesia de F La C (http://www.flak8856.blogspot.com/).
Éranse que se eran tres artilleros, tres, que un buen día entraron en posición con sus baterías en un campo de tiro.Los tres comenzaron una corrección rápida del tiro sobre un objetivo con un primer disparo, que en los tres casos quedó 200 m corto.
El primer artillero antes de hacer su segundo disparo pensó: si me ha quedado 200 m corto y ordeno sacar la pieza de posición y moverla a brazo a vanguardia 200 m, conseguiré dar en el objetivo. Así lo hizo y obtuvo un impacto directo.
El segundo artillero se lo planteó de otra manera: si me ha quedado 200 m corto y añado unos macarrones de pólvora, se irá más largo el disparo. Así lo hizo y obtuvo un impacto directo igualmente.
El tercer artillero reflexionó sobre la orden de tiro dada en el anterior disparo y dedujo: si me ha quedado 200 m corto con el ángulo de tiro ordenado, y miro en las tablas de tiro el ángulo de elevación que corrige 200 m, incrementando el anterior ángulo de tiro en el número de milésimas obtenido, conseguiré estar sobre el objetivo. Así lo hizo y obtuvo un impacto directo.
Es obvio decir que el tercer artillero fué el que actuó bien. El primero obtuvo la eficacia a costa del sufrimiento del personal (de los recursos humanos). El segundo artillero corrigió el desvío inicial a costa de un mayor sufrimiento del cañón (de los recursos materiales). Y como dije, sólo el primer artillero revisó su propia orden de tiro inicial, emitiendo una nueva con la que consiguió hacer impacto sobre el objetivo.
¿Tengo que decirles que recuerden ahora la actuación de su jefe, en la consecución de objetivos, y la asimilen a la actuación de uno de los tres artilleros?

......De nada.

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